El Monumento a la Bandera amaneció este viernes cubierto de color y algarabía adolescente, porque es el epicentro del tradicional banderazo que los y las estudiantes secundarios realizan cada año para estas fechas, sobre el final del ciclo lectivo.

Un vallado de los inspectores de Control Urbano delimita el Pasaje Juramento y procede a intentar bloquear el paso de bebidas alcoólicas, a medida que arriban numerosos grupos de jóvenes para celebrar en el Patio Cívico el final de otro año de estudio.

La fiesta transcurre en paz, sin incidentes, entre jóvenes de diversas escuelas, venidos desde todos los rincones de la ciudad, incluso desde VGG.