El crucero "Crystal Symphony", que debía llegar a Miami el pasado sábado con alrededor de 700 personas a bordo, se encuentra prófugo de la Justicia de Estados Unidos, tras quedarse en Bahamas para evitar que la nave sea incautada. 

La semana pasada, un juez del sur de Florida emitió una orden para confiscar el barco al llegar a aguas estadounidenses. La compañía debe 4,6 millones de dólares en facturas de combustible.

La decisión de las autoridades del crucero generó revuelo, especialmente entre los viajeros y turistas que se encuentran secuestrados en la embarcación.

Este domingo, un pasajero del Crystal Symphony aseguró sentirse “secuestrado por piratas lujosos”, luego de que el buque decidiera cambiar su destino para evitar su incautación en Miami.

En su cuenta de Facebook, el pasajero Stephen Heard Fales posteó que “¡Todos sentimos que fuimos secuestrados por piratas lujosos!”.

Hales y otros pasajeros del buque fueron llevados en ferry a Port Everglades en Fort Lauderdale este domingo. La nave, en vez de dirigirse al puerto estadounidense, cambió su ruta y se dirigió a las Bahamas, específicamente, a la isla de Bimini.

Otros pasajeros, también en las redes sociales, se mostraron sorprendidos al enterarse que se trata de un caso legal, porque habían sido informados que el cambio de curso se debía a “problemas operativos no técnicos”.

La demanda fue presentada en un tribunal federal de Miami por Peninsula Petroleum Far East contra el buque bajo un procedimiento marítimo que permite acciones contra naves por deudas impagas. La demanda dice que Crystal Symphony fue fletado o administrado por Crystal Cruises y Star Cruises, ambas demandadas por incumplimiento de contrato por adeudar USD 4.6 millones en combustible.

Crystal Cruises anunció a principios de esta semana que suspendería las operaciones hasta fines de abril. Además del Crystal Symphony, actualmente tiene otros dos barcos navegando, que terminan sus viajes el 30 de enero en Aruba y el 4 de febrero en Argentina.