Como si se tratase de cambiar el nombre a un objeto, un rey africano decidió, de un día para otro cambiarle el nombre a su país. Y lo hizo.

Suazilandia es un pequeño país de África que tiene frontera con Sudáfrica y Mozambique. Solo tiene 17.000 kilómetros cuadrados de extensión y alberga 1,3 millones de habitantes. Es uno de los países más pequeños del mundo.

Su forma de gobierno es la monarquía absoluta, una de las últimas que quedan, y está ostentada por el Rey Mswati III. Y justamente es Suazilandia el estado que ha dejado de existir.

Su monarca decidió cambiar el nombre del país que gobierna, que a partir de ahora se llamará eSuatini. No tiene nada que ver con una marca de electrónica, sino que quiere decir “tierra de los suazis”, un pueblo de etnia bantú que habita esta pequeña región.

El rey llevaba ya unos años refiriéndose con este nombre al pueblo en general, y según comentó a la prensa local, la decisión se debe a que Suazilandia aún se refería a la herencia colonial británica -se independizó en 1968- y que en el contexto internacional a veces se entendía como Suiza.

Aunque eSuatini no tiene un gran peso y es posible que haya gente que no haya escuchado hablar del país, Mswati III es conocido por su forma de elegir mujeres (tiene 14) mediante concursos de baile.

El coste del cambio de nombre, según informó la BBC, será de 6 millones de dólares, un coste crítico para un país donde el 50% de su población vive bajo el umbral de la pobreza.