En un contexto donde otros medios titularon el incidente como el “desbaratamiento de una fiesta electrónica clandestina”, la realidad detrás de los acontecimientos en las escalinatas del Parque España revela una historia completamente diferente. El evento en cuestión era el segundo Carnaval Travesti, una manifestación cultural y política que buscaba llamar la atención sobre la emergencia que atraviesa el ámbito cultural en nuestra ciudad.

Según el relato de testigos, el operativo policial desplegado alrededor de las 2.30 sorprendió a los presentes, que ya eran pocos en ese momento. Sin embargo, Mara Prat, una de las organizadoras del evento, aclara que en ningún momento se trató de una fiesta electrónica clandestina, sino de una convocatoria consciente y organizada en torno a la emergencia cultural que enfrentan diversos colectivos de trabajadores de la cultura en la ciudad.

"Decidimos reclamar por la emergencia y el abandono que estamos pasando", afirmó Prat, que luego agregó: "Nuestra idea era convocar a artistas disidentes de la ciudad que sobreviven de la autogestión y que la municipalidad no tiene en cuenta para ninguno de sus eventos".

A pesar del excesivo despliegue policial, las organizadoras destacan que en ningún momento se registraron disturbios durante el evento. La comunidad se encargó de mantener la limpieza del lugar y los vendedores presentes eran los habituales con sus heladeritas que transitan la zona, concentrados en un único punto debido al evento.

Es importante destacar, además, que el objetivo del Carnaval Travesti no era recaudar fondos, sino visibilizar la difícil situación en la que se encuentran muchos trabajadores de la cultura. "Como trabajadoras de la cultura, hay una grupalidad de trabajadores que están tratando de sobrevivir", añadió Prat.

En medio de la controversia mediática y las versiones distorsionadas de los hechos, las organizadoras prefieren mantenerse centradas en seguir adelante con su lucha por una cultura más inclusiva y justa para todos y todas.