“Desde que tengo uso de razón voy a la cancha, en la victoria de Central ante Talleres estuve en la platea del río”. Así empezó la charla de Rosarioplus.com con Ignacio Russo, quien se apura por dejar en claro que es hincha canalla por herencia y convicción. El hijo de Miguel, el que empezó a ir al Gigante siendo un niño con “mi vieja, mi abuelo y mi hermano”, ahora es el encargado de hacer los goles.

Tiene 18 años, hace poquito terminó la secundaria y ahora estudia Administración de Empresas en la UNR. Pero su vida no es la del típico estudiante universitario. Por estos días, Russo se destaca en la Reserva de Central dirigida por el Kily González. En el primer partido de este campeonato arrancó desde el banco, mojó cuando le tocó entrar, y se ganó el puesto. En el segundo volvió a meterla.

“Hace 3 años que juego en Central, antes estuve en Adiur. El año pasado jugué en la quinta de Rosarina y fui goleador” recordó Nacho. En ese campeonato de la liga local, el joven delantero sufrió una grave lesión: se rompió los ligamentos de una de sus rodillas cuando estaba en su mejor momento.

“Estuve ocho meses para volver a jugar luego de la lesión. A mitad de este año volví a entrenar entre Cuarta y Reserva, y cuando el Kily hizo el selectivo me convocó” contó Russo acerca de cómo fueron sus primeros momentos luego del inconveniente físico.

Ese selectivo se convirtió en la nueva reserva de Central, ya que hubo un gran recambio respecto del plantel que jugó en esa categoría a principio de 2019. Por ejemplo, en el lugar que hoy ocupa Russo, jugaba Agustín Coscia, máximo goleador histórico de las divisiones inferiores del club que se marchó libre para jugar en Almagro.

Para Russo “el Kily es un maestro”. El delantero destacó del ex Valencia e Inter su capacidad para motivarlos: “Nos hace estar tranquilos, está siempre cerca de nosotros”.

Lo que se espera

Salvo por Jeremías Ledesma, que casi siempre salvó las papas del equipo y fue la gran figura en la obtención de la Copa Argentina, hace un tiempo que de las inferiores del club de Arroyito no sale un pibe de esos que deslumbre, que sean motivo para ir al Gigante a ver fútbol. Hoy son parte del plantel profesional Lovera y Pereyra, que no terminan de explotar, pero en esta Reserva de nueva generación a cargo del Kily son varios los que asoman con chances de dar el gran salto.

Lo que sucede es que la mayoría son “nuevos”, y comentarios recurrentes del hincha canalla son “no conozco a estos pibes”, “¿quiénes son?”, “el Kily pasó la escoba”. Las dos victorias consecutivas con las que iniciaron el semestre despiertan nuevas expectativas, esto sumado a que hay dos jugadores de apellido muy importante, como Lo Celso (Francesco, hermano de Giovani) y Russo, el hijo de uno de los entrenadores más queridos en la historia del club.

Acerca de la presión que representa ponerse la auriazul con el objetivo de cumplir siempre, el joven goleador opinó que “cada uno de nosotros hace lo mejor y sueña con jugar en Primera, después veremos. En esta Reserva hay muchos que somos hinchas del club desde siempre y otros que vienen de afuera que dejan la vida por llegar al igual que los que somos de acá”.

En tanto, sobre el segundo de la dinastía Lo Celso, Russo indicó que “él está tranquilo, no se compara ni se siente presionado, además es una excelente persona”. Y finalmente bromeó: “Ojalá sea mucho mejor que el hermano”.