Sin lugar a dudas el clásico de la ciudad no pasa desapercibido, ni para extraños, ni muchísimo menos, para los propios. Apenas sale el fixture, lo que todos inmediatamente buscan o preguntan es cuándo se dará en duelo ante su máximo rival.

Así mismo, cuándo fue confirmado Miguel Ángel Russo como nuevo entrenador del Canalla, allá por diciembre del año pasado, la primera reflexión de más de uno fue: “nunca perdió un clásico”. Y así continúa, dado que el duelo de la primera parte del año fue empate.

De la mano de Russo, Central ha logrado hacer de su estadio una verdadera fortaleza, hasta ahora impenetrable. En su terreno logró ganar duelos importantes con actuaciones sobresalientes, y empatar agónicamente con penales inexistentes o jugadas individuales maravillosas otros cotejos que tranquilamente pudieron tenerlo como perdedor.

Un triunfo agigantaría esa imagen de “Todopoderoso” que parece tener su entrenador en este tipo de duelos. Lograría reposicionar numéricamente al equipo y sería, probablemente, el envión anímico que necesita para salir del aletargo futbolístico en que está inmerso desde que comenzó éste certamen.

Resultar derrotado éste sábado le significaría, no sólo romper con todo lo anterior, sino que su entrenador cayera por primera vez ante el su clásico adversario. Y como si eso fuera poco, vería seriamente comprometidas sus posibilidades de acceder a los cuartos de final de la Copa de la Liga. Y si aún no bastase, una caída representaría continuar otra semana más fuera de la zona de clasificación a la Copa Sudamericana 2024, situación en la que calló la jornada anterior por primera vez en el año.

Luego del partido ante la Lepra, estaremos un poco más cerca de decir si alcanzará la vara que se instaló a si mismo.