Un clásico siempre es un partido bisagra y aún más el rosarino. Newell’s carga con la historia reciente de los duelos con Central pero también se pondrá en discusión la salud de un proceso que había generado mucha ilusión en el pueblo rojinegro.

El 25 de octubre de 2022, se hacía oficial la contratación de Gabriel Heinze como director técnico de Newell’s luego de la salida de Javier Sanguinetti dos meses antes y el interinato de Adrían Coria. Todo el mundo leproso recibía exultante la noticia esperando para el año siguiente un proyecto que volviera a colocar al club en los primeros planos como una década atrás.

El Gringo llegó, rearmó la estructura futbolística a su gusto y confeccionó un plantel dando salida a varios jugadores importantes como Cristian Lema, Juan García y Julían Fernandez e invirtiendo más de 5 millones de dólares. Sin embargo, a casi un año de su retorno al club, el ex Real Madrid no ha podido responder a tamaña expectativa generada.

El clásico del próximo sábado marcará, sin lugar a dudas, un antes y un después en la vida del Newell’s de Heinze. Más allá de una continuidad o no de su proyecto dependiendo del resultado, el entrenador pone sobre la mesa el último resto de paciencia de su hinchada. 

De ganar, Heinze fortalecerá su imagen y podrá trabajar con algo más de comodidad de cara al final de la Copa de la Liga. De no hacerlo, y dependiendo de las formas, pondrá en duda su puesto, al menos, más allá de la finalización de la temporada.

El Newell’s 2023 fue un equipo que ha mostrado buen juego a cuenta gotas, que a tenido momentos bochornosos como las derrotas con Claypole, Instituto, Estudiantes o la actuación en el último clásico rosarino, la ilusión de la Copa Sudamericana que se diluyó a principios de agosto y un rendimiento colectivo e individual que no llegó a contentar a la mayoría de los leprosos.

 Sumado a esto, los caprichos del entrenador en jugadores que no estuvieron a la altura y que fueron o son sostenidos en cancha.

Con Heinze todo puede pasar, pero está claro que cuando finalice el partido en el Gigante de Arroyito, el técnico leproso encontrará en su gente una renovación de la esperanza o un cierre definitivo de su paso por la institución.