El fútbol argentino sigue en la vorágine que moldean las derrotas. La llamada picadora de carne está aceitada y se podría decir que ya se naturalizó su funcionamiento. El nuevo en coquetear con las filosas cuchillas es Javier Sanguinetti, a quien ya empiezan a mirar de reojo luego de una seguidilla de duras derrotas. Algunos transcendidos periodísticos indican que si este miércoles no logra ganarle a Aldosivi por la Copa Argentina podría ser su último partido como DT.  

¿Se trata de una operación o de la lógica de la picadora? Pueden ser ambas. Desde que se hizo cargo del cuerpo técnico, en diciembre del año pasado, logró darle estructura al equipo y un cierto orden táctico, algo que no tenía Newell's ni con Germán Burgos ni con Fernando Gamboa. En la Copa de la Liga hizo una buena campaña, ganó el clásico, pero naufragó en la zona de definiciones: en dos partidos se le cayó el castillo de naipes. De hecho, en la última bala contra Gimnasia falló. 

Ahora parece sucederle lo mismo. Buen arranque, metido, sin fisuras, hasta que erró y no pudo recuperarse. No tiene capacidad de resiliencia, palabra de moda para definir la capacidad de sobreponerse a momentos complejos. En este caso puede ser arrancar perdiendo un partido y ni siquiera poder empatarlo. Hasta hace pocas semanas era el puntero, se mostraba consolidado, y hasta ganaba de visitante. Pero el desafío estaba a tiro: cómo reaccionaría el equipo en momentos adversos, y hasta cómo lo haría ante un trompazo. El primer trompazo fue el partido que le empata Patronato en el Coloso en el último minuto.  

Desde entonces no ganó más. Empate ante Platense, otro más ante Racing de local, y derrotas en el clásico ante Central, Defensa, y Atlético. Lo curioso es que el domingo anterior a aquel lunes 4 de julio frente a Patronato se hablaba, incluso en la prensa con cierta intencionalidad, de la renovación del contrato que vence en diciembre próximo. En un mes pasó de ser el cerebro del puntero a una figura a cambiar. 

Lo cierto es que, más allá de que Newell's gane y clasifique esta noche, Sanguinetti ya entró en una etapa de juzgamiento. Ya alguien tiró una piedra y pone a todos predispuestos. Un túnel del que sólo se sale si empieza a ganar y vuelve a ser un equipo confiable que no pierde por errores puntuales e inocentes. Sanguinetti buscará salir del túnel y que el mes de desgracia haya sido un "bache de derrotas", tal como definió el propio DT luego de perder contra Central y Defensa de manera consecutiva. Para eso deberá demostrar la capacidad para sobreponerse, algo que hasta ahora no demostró la Lepra y, como se dijo, fue el factor principal del bajón.