Lionel Messi, con un futuro ya definido, pasa sus días libre en Rosario junto a su familia, que prepara todo para desembarcar en Miami en la próxima temporada. En medio de sus vacaciones, Leo, quien en más de una ocasión contó que lo dulce es lo único con lo que no puede lidiar en su dieta, quiso pedir unos churros para acompañar la tarde pero se encontró con que el local al que llamó no le contestó el teléfono.

La Churrería de Funes fue el lugar elegido, y todo ocurrió el lunes por la tarde. Sofía, la encargada del lugar, explicó: “Lo que yo hago siempre es registrar el número y después escribirle, así que lo contacté. Me pidió tres docenas de churros y lo mandamos para Kentucky”.

“El cadete tardó casi 45 minutos en volver, estaba casi temblando y llorando porque no podía creer lo que le había pasado. Nos dijo que Antonela fue quien lo atendió, que Mateo lo abrazó, y Leo lo saludó desde el fondo de la casa. No pudo tomarse una foto, pero se llevó ese recuerdo”, contó Sofía.

Messi quiso pedir churros en Funes pero no le atendieron el teléfono

En declaraciones al sitio Info Funes, agregó: “Estaba con tantos pedidos ese día que no relacioné que eran ellos. Ya nos pasó en otras ocasiones que nos encarguen y les enviamos nuestros productos, aunque nunca pensamos que eran para Leo, que él los comía. Ya saber que los recibidos a la familia del campeón era un mimo al alma, pero esto superó todo”.

Juan Pablo, por su lado, es el cadete que fue a la casa de Lionel Messi en Funes a llevarle su pedido de churros. Lo curioso es que Juampi es hincha de Central, de tan solo 18 años, y al ver a Leo no pudo controlar sus emociones. “Fue el mejor día de mi vida, sigo sin poder creerlo. Pienso en ese momento y se me vuelven las lágrimas a los ojos”.