La Casa Azul, ubicada en Coyoacán (calle Londres 247), en uno de los barrios más antiguos de la Ciudad de México, es el lugar donde nació, vivió y murió la conocida pintora Frida Kahlo. Y ya no hay que tomar un avión para poder visitarla. Es que una web permite hacer un recorrido virtual detallado por esta vivienda, que fue adquirida por sus padres en 1904, 3 años antes del nacimiento de la pintora.

Frida Kahlo y el también muy conocido pintor mexicano, con el que se casaría dos veces, Diego Rivera, hablaron por mucho tiempo en convertirla algún día en un museo. Esto ocurrió finalmente en 1958, cuatro años después de la muerte de Frida. Hoy en día se podría afirmar que es una de las casas más famosas del mundo, recibiendo cada año a 200 mil visitantes.

La casona, que data de 1904, no era un lugar de grandes dimensiones. Hoy tiene una construcción de 800 m2 y un terreno de 1200 m2. Según los historiadores, con el tiempo la construcción sufrió algunas modificaciones: cuando el político ruso León Trotsky vivió con Diego y Frida en el año 1937, se tapiaron las paredes, los muros se pintaron de azul y se compró el predio de 1,040m2 que hoy ocupa el jardín, a fin de darle al intelectual soviético seguridad ante la persecución de que era objeto por parte de José Stalin.

La casa reúne los objetos coleccionados por los pintores y varias de sus obras, sobre todo de Frida, además claro de sus muebles y objetos, corsés de yeso, la silla de ruedas, las muletas y la pierna ortopédica, todos objetos que tuvo que usar Frida durante su vida por el terrible accidente que sufrió a los 17 años.

Es un ambiente muy mexicano, con los objetos tradicionales de ese país. Se pueden encontrar nada menos que 59.400 piezas de las culturas pre-hispánicas de México, muy probablemente conseguidas por contrabando, pero, al abrir las puertas del museo, finalmente se conservan como parte de la historia de México.

En un comienzo la casa era blanca, pero luego cuando ya los pintores vivían en ella decidieron pintarla de azul. La versión más difundida es que Frida creía que este color ahuyentaba a los malos espíritus, aunque también se dice que lo eligieron por ser muy característico de las culturas pre-hispánicas de México.

Se considera que Frida Kahlo fue la primera mujer que a través de la pintura fue capaz de expresar su género: sus sentimientos, sensaciones, emociones, preocupaciones y hasta su estado físico, era muy expresiva, todo un libro abierto.

Además de los espacios originales de la casa están los añadidos después por Diego Rivera, entre los que destaca el estudio de Frida, construido en 1945, pensado para facilitarle la movilidad y pudiera trabajar de forma más placentera, aquí encontramos su silla de ruedas, que usaría los 2 últimos años de su vida, su caballete y sus pinturas, aceite de linaza y pinceles, puestos como si las acabara de dejar, además, un espejo que usaba para retratarse y tres trabajos inconclusos. En una esquina de este gran espacio descansan, en una urna, las cenizas de Frida.