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Más de cuatro años después de la desaparición de Paula Perassi, se hizo una rueda de reconocimiento en la que el mozo de un bar de la localidad de Timbúes señaló sin dudas al transportista Gabriel Strumia como el hombre que aquella tarde se reunió allí con la mujer desaparecida desde entonces.

El testigo aportó un testimonio que confirma las presunciones que llevaron a procesar a Strumia como principal imputado en la desaparición de la joven de 34 años, con quien mantenía una relación extramatrimonial, y que habría muerto durante la realización de un aborto clandestino.

Este lunes, en los tribunales de San Lorenzo, el testigo en cuestión -que era mozo el 18 de setiember de 2011 en el Viejo Bar, de Timbúes, no vaciló en señalar al empresario de Puerto General San Martín como el hombre con el que Paula estuvo aquella vez en el local, el último momento en que fue vista con vida. 

La medida se hizo a pedido de los fiscales Donato Trotta y Román Moscetta, con el visto bueno del juez a cargo, Juan José Tutau.

El mozo había descripto al sujeto como un "alto, grandote y con bigotes", y que con él había estado en la mesa un empleado del transportista, Antonio Díaz. Eso, a pesar de que Strumia llegó a la rueda de reconocimiento con el bigote afeitado.

Perassi desapareció desde aquella vez y su cuerpo jamás apareció. Se sabe que estaba embarazada en ese momento, y la única hipótesis en pie es que el responsable era Strumia, y que este arregló la realización de un aborto en Timbúes, intervención en la que la mujer habría fallecido. Luego, con la complicidad de policías, se deshicieron del cuerpo.

Además de Strumia, su esposa y su empleado, hay cinco policías procesados y una mujer conocida en la zona como partera.