Finalmente se conoció el veredicto en el juicio por la tortura y desaparición forzada seguida de muerte de Franco Casco. Los 19 policías imputados por el hecho quedaron absueltos según el fallo leído por el presidente del Tribunal pasadas las 14.

Además, Ordenaron la inmediata libertad de los acusados que permanecían presos, entre ellos de Diego Álvarez, ex jefe de la Comisaría 7ma.  

Minutos después de la lectura del fallo, Salvador Vera, Abogado de la familia de Casco, manifestó: “Es una resolución que no esperábamos para nada. Lo vamos a analizar con los fundamentos del fallo. La familia y la sociedad merecía un esclarecimiento del hecho”.

Tras conocerse la resolución del Tribunal, Ramón Casco (padre de la víctima) se manifestó shockeado y deslizó: “A cuántos pibes han matado y quedaron impunes. Esto es una injusticia, pero seguiremos luchando. Yo creía que iba a haber alguna condena, quiero irme a mi casa”. 

El veredicto final

Tras casi nueve años de la desaparición del joven de 23 años, la última instancia del juicio por la desaparición forzada seguida de muerte de Franco Casco comenzó este martes por la mañana, con las palabras de algunos de los acusados y el veredicto se postergó hasta las 14.

Durante el debate oral que comenzó en diciembre de 2021, el fiscal Fernando Arrigo y los querellantes solicitaron prisión perpetua para catorce policías imputados, y penas que van desde los 14 años y diez meses a los 3 años de prisión para otros cuatro agentes y un civil por delitos de encubrimiento, falso testimonio y participación secundaria en la desaparición del joven.

En el inicio de la audiencia de este martes, uno de los agentes de la comisaría 7ª, Esteban Daniel Silva, insistió sobre su inocencia y se solidarizó con la familia de Franco Casco por la muerte del joven.

"Es irreparable lo que le sucedió, y sea cuál sea la resolución de este debate, no va a solucionar lo que le sucidió", indicó el imputado, que asistió al juicio de forma virtual desde el Complejo Penitenciario Federal IV.

En cuanto a su participación en la desaparición de Casco, el recluso afirmó: "No oculté ni fui parte de un ocultamiento". “El 7 de octubre de 2014, lo único que hice fue darle la libertad a Franco Godoy, Casco, y llevar una ficha a cotejar”, agregó.

El caso

El 29 de septiembre de 2014, Franco Ezequiel Casco, oriundo de la localidad bonaerense de Florencio Varela, llegó a la ciudad de Rosario para visitar a unos familiares. En la tarde del 6 de octubre se fue de la casa de su tía paterna -donde se había alojado- hacia la Estación de Trenes Rosario Norte, donde a la medianoche iba a tomar un tren para regresar a Buenos Aires.

Sin embargo, ese mismo 6 de octubre el joven de 20 años fue interceptado y detenido por agentes de la Comisaría 7a de la Policía de la provincia de Santa Fe. De acuerdo con el testimonio de otros detenidos, Casco fue aislado en un calabozo de la dependencia policial en calidad de “demorado” mientras averiguaban sus antecedentes. Durante la madrugada del 7 de octubre, el joven fue golpeado y torturado: los demás internos lo escucharon gritar y pedir auxilio, hasta que se hizo silencio y no se supo más nada de él.

Dado que Franco nunca llegó a Buenos Aires, su tía denunció su desaparición en la Comisaría 20ª de la Policía local, al tiempo que el padre del joven viajó a Rosario. Según declararon los familiares de Casco, el padre de Franco se presentó el 8 de octubre en la Comisaría 7ma y pudo saber que el joven había estado allí. Sin embargo, le dijeron que lo habían aprehendido el día 7 de octubre y que la noche de ese mismo día “lo habían liberado, dejándolo en una plaza cerca de la estación de trenes”.

Finalmente, el 30 de octubre de 2014, personal de la Prefectura Naval Argentina encontró el cuerpo sin vida de Franco, flotando en el río Paraná. La autopsia reveló que la víctima había muerto antes de ser arrojada al río.

De acuerdo con la investigación desarrollada por la Fiscalía Federal N°1 de Rosario, los efectivos policiales “privaron de libertad a Franco Casco, lo encerraron en un calabozo y lo sometieron a tormentos y tratos inhumanos y degradantes, todo lo cual, debe resaltarse, sucedió en un ámbito en el que la víctima se encontraba en un absoluto estado de indefensión”. Además, se demostró que los policías imputados realizaron una serie de maniobras tendientes a fraguar las circunstancias en las que el joven fue ilegalmente privado de su libertad, y a encubrir la verdad de lo ocurrido.

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