La ciudad santafesina de San Justo, situada 100 kilómetros al norte de la capital provincial, conmemora este martes el 50 aniversario del fatídico tornado que en solo dos minutos causó la muerte de 80 personas y además dejó 600 heridos y 500 casas destruidas.

El 10 de enero de 1973, cerca de las 14, el fenómeno natural se abatió sobre la pequeña localidad que hoy cuenta con poco más de 22.000 habitantes, y arrasó una superficie aproximada de 12 cuadras de largo por cuatro de ancho, además de dejar su paso una huella de destrucción.

La magnitud fue tal que interesó a científicos de todo el mundo y generó una conmoción que llevó, por ejemplo, a que el Papa Paulo VI encabezara una ceremonia en el Vaticano.

El fenómeno fue investigado por el periodista rosarino Diego Sonzogni, quien publicó los alcances del suceso en su libro "Viento asesino", que será presentado mañana en la Casa de la Cultura de San Justo.

Se trata de "la catástrofe meteorológica más violenta y sangrienta de la historia en la Argentina", indicó Sonzogni a la agencia Télam, y retomó declaraciones del científico japonés Ted Fujita, quien en su momento evaluó que el tornado de San Justo fue "el peor del mundo" fuera de los límites de Estados Unidos.

Desde el Servicio Meteorologico Nacional recordaron el evento y explicaron que “se lo clasificó como EF5 en la Escala Fujita Mejorada, la cual categoriza a los tornados según los daños producidos (EF0 a EF5), con ráfagas superiores a 300 km/h”.

Y subrayaron: “Las pérdidas económicas fueron millonarias. La violencia del fenómeno provocó la voladura de acoplados, máquinas agrícolas y casas desde sus cimientos”.

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