Son las ocho de la mañana y es el día más frío del año. Se abre el portón y empiezan a salir hombres y mujeres cartoneros, con camperas azules que los identifican. El salón en el que guardan sus carros tiene piso de tierra. Y a media cuadra, la calle se termina porque está la vía. Acá mismo por la tarde funciona un merendero, para los pibes que por turnos van buscando un mate cocido y un pedazo de pan. Este rincón es el más humilde del barrio Industrial, casi en Empalme Graneros y a la vuelta del Barrio Toba.

Acá funciona la Cooperativa “Cartoneros Unidos”, fundada por Carlos Mieres, que falleció hace muy poco tras contraer covid. La partida de su histórico referente todavía duele mucho al grupo, pero sobre todo a su esposa Mónica, que quedó a cargo como coordinadora del proyecto. “Las organizaciones sociales recorremos mucho. Y a pesar de los cuidados, él se contagió. No llegó a ponerse la vacuna y tenía problemas coronarios, por eso falleció. Pero la tarea sigue adelante con nosotros. Nuestro trabajo es reciclar. Buscamos cartón, cuadra por cuadra, casa por casa. Lo hacemos dos veces por semana, en una grilla de ochenta manzanas. Lo que necesitamos ahora es que la Municipalidad nos acompañe con la planta de reciclaje que se comprometió a hacer en 2017, cuando este proyecto se sancionó y que podamos tener un galpón en el que guardar las cosas”, le dice al móvil de la Sí 98.9. 

La expectativa es consolidar el trabajo que se hace en esta parte de la ciudad con el reciclado, pero también poder replicar la experiencia con otros grupos en Rosario. En julio de 2013, esta Cooperativa integró una delegación argentina de cartoneros que viajó a Río de Janeiro invitada por el Papa Francisco. Y fueron ellos los que le regalaron la famosa virgen de cartón que desde entonces acompaña a Bergoglio en el Vaticano. “Se la fabricó Carlos, hijo de Carlos. Ahí está ahora él, que es como mi hijo también después de tantos años juntos, saliendo con el carro a recorrer el barrio, como lo hace todas las semanas”, cuenta Mónica con emoción. 

El grupo integra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y está referenciado a nivel nacional con el dirigente Juan Grabois. En 2017, consiguió junto a otras organizaciones sociales la sanción de la normativa que aprobó el Concejo Municipal, para llevar adelante un proyecto de reciclaje en ochenta manzanas del barrio Industrial, delimitadas por las calles French, República Dominicana, Velez Sársfield, Formosa, Casilda y Boulevard Avellaneda. Se incluyó en la iniciativa a 15 personas. Y la expectativa de esta “prueba piloto” era la de replicarla en el resto de la ciudad. Entre otras cosas, lo que se necesita es tener una planta de reciclado y no depender de intermediarios. Se estima que hoy se recuperan en Rosario unas 9.000 toneladas mensuales para reciclaje. Y la industria le paga al cartonero unos 22 pesos el kilo.

Mónica Crespo, referente de la Cooperativa.

Antes del inicio de la pandemia, en Rosario había tres mil cartoneros. Durante 2020 y lo que va de este año, la cantidad creció. “El número ahora es más grande. Mucha gente que se quedó sin empleo o sin posibilidad de hacer changas, encontró en el cirujeo y la búsqueda de cartón que se pueda reciclar, una forma de generarse un ingreso”, explica Diego Leone, secretario de Ambiente y Espacio Público. Consultado por RosarioPlus, el funcionario plantea que con la cooperativa de Barrio Industrial hay un diálogo entablado. “Se trata de una prueba piloto que comenzó antes del inicio de nuestra gestión. Lo que estamos viendo es la chance de conseguir un lugar para que tengan un espacio más amplio para dejar los carros y que sea la propia Municipalidad la que pueda comprar el cartón. Vamos hacia la planta de reciclaje, que sería para ordenar toda la actividad y no sólo la de esta cooperativa. Aunque no vamos al ritmo que quisiéramos, porque tenemos limitaciones presupuestarias”, agrega.

La Cooperativa de Barrio Industrial en Rosario integra a nivel nacional la Federación Argentina de Cartones y Recicladores. Juliana Muchiut es otra de sus referentes. Y plantea: “Creemos que la modificación de la ordenanza Basura Cero que hizo la Municipalidad, nos deja afuera. Actualmente el precio de la industria es bastante superior a lo que paga la municipalidad. Por eso decimos que la planta para el procesamiento del cartón y de otros otros productos reciclables, tendría que estar en manos de las propias cooperativas. A nosotros nos dicen que no cumplimos con las metas que se habían propuesto, pero esto es insólito. Claramente, los objetivos no se alcanzan porque falta mayor inclusión social en el sistema de reciclado y lo que hace falta es avanzar en una promoción ambiental, que aliente la separación en origen y la articulación con las cooperativas cartoneras”. 

Finalmente, la que vuelve a tomar la palabra es Mónica Crespo: “Yo recorro todos los grupos de cartoneros que hay en la ciudad. Te puedo hablar de Las Flores, Vía Honda, barrio La Bombacha, Villa Banana. Te podría dar nombre y apellido de cada uno, la que que cartonean es gente trabajadora, que necesita del Estado para poder consolidarse”. Y ahora, que la nota con la radio termina, los carritos ya están recorriendo las calles de Barrio Industrial. 

José, el hijo de Carlos Mieres, con el Papa Francisco.