Uno de los eslabones fundamentales en la cadena sanitaria en el marco de la segunda ola de covid son los trabajadores de servicios fúnebres, quienes días atrás reclamaron a la provincia ser considerados trabajadores de la salud y por ende que se los inocule. Es en este contexto que afrontan una demanda superlativa de trabajo, en el extremo más doloroso de todas las consecuencias disparadas por esta segunda ola de covid 19.

Dicen que esta fase de la pandemia los toma precavidos, preparados y que aprendieron de los errores, aunque en esta oportunidad, todavía la pandemia no les dio el coletazo fuerte como sí lo hizo en octubre de 2020, cuando las cifras de pacientes muertos por covid los llevaron a trabajar a destajo y con incertidumbre a medida que muchos compañeros enfermaban por el implacable virus. No obstante, también las empresas lo han reflejado en precio y hoy un sepelio estándar asciende a 50.000 pesos. 

Rubén Lorenzo, titular de la Cámara de Empresas de Servicios Fúnebres de Rosario, comparó en diálogo con Rosarioplus.com: “Hubo últimamente cierto incremento de servicios fúnebres covid, ya que durante los últimos meses había disminuido de manera considerable. Empezaron a aparecer varios casos, pero no tanto como en octubre del año pasado”, evaluó.  

El ritmo fatal de la pandemia se torna alarmante en algunas jornadas, como en esta semana que llegaron a reportarse 24 deceso en 24 horas. Sin embargo, el referente del sector de sepelios puso paños fríos. “No creo que el sistema llegue a colapsar, pero sí es cierto que estamos muy limitados con la capacidad de los cementerios. De haber un exceso en la cantidad de casos, eso podría colapsar el Salvador y La Piedad, donde casi no hay lugar. Igualmente, hay cementerios y crematorios privados si hay que darle una solución a los problemas”, aclaró.

En la segunda ola

Félix Cantón, tanatólogo exequial y asesor de empresas fúnebres desde hace más de tres décadas, reflexionó con un refrán como disparador: “Errores son los repetidos y no los cometidos”, y obviamente insistió luego en que es ahora cuando se debe levantar la guardia. “Nos sirvió la primera ola para no repetir errores”, añadió en tono de confesión.

“La empresa que represento, y creo que todas en el ámbito fúnebre, nos hemos preparado aún mejor que la medicina. No quiero generar diferencias, a pesar de que la medicina sí lo hace con nosotros porque no nos incluye en la cadena sanitaria. Somos el último eslabón, el ranchito del fondo y sin embargo, si hubiésemos trabajado en equipo lo hubiésemos hecho mucho mejor” reprochó. 

El especialista tomó distancia de las imágenes extremas que se ven en los cementerios de Brasil o India. “Estamos muy lejos de esas imágenes. Igual insisto en que pasamos momentos muy feos el año pasado y el que no se preparó la va a pasar mal”, dijo.      

Por eso, en su caso, Cantón explicó que varias empresas tuvieron que ampliar su plantilla de personal para atender la demanda in crescendo. “Nosotros duplicamos el personal ante un eventual pico que ya se está viniendo y creemos que se puede profundizar en un mes y medio dos”, pronosticó.

Según barajan en el negocio de velatorios y sepelios, el promedio histórico de Rosario ronda los 25 servicios diarios como máximo. Esto se da, sobre todo, en el invierno, cuando la profusión de enfermedades invernales hace mella. Luego, en verano, los accidentes de tránsito también elevan la estadística, y con víctimas más jóvenes.

“Todo eso generaba una meseta anual prolija. Esto dividido en 13 y 18 cocherías distribuidas en toda la ciudad, algunas más grandes que acaparan más servicios y otras menores con menos servicios”, expuso Cantón. La pandemia alteró la actividad.

“Hoy estamos en 1.500 servicios mensuales, lo que daría 50 servicios diarios, el doble del número en épocas normales. Esto hace que las cocherías estén ocupadas al máximo. Los servicios covid son alrededor del 40% del total, y ahora esperamos un ascenso a medida que haga más frío”.

Cremaciones y lo que vendrá

“A esta altura ya nada nos asusta, pero esta pandemia destrozó familias. Yo insisto también que la pandemia psicológica que va a venir y va a ser terrible, ni lo imaginamos todavía. Hay mucha gente muerta en vida por las pérdidas que sufrió”, reflexionó Cantón. 

La cremación en los casos de covid está dentro de los protocolos y la gente resuelve a veces por esta opción. Igual esta práctica ya venía en ascenso por uso internacional, y ahora que la Iglesia católica la ha aceptado, cobró mayores bríos, sumado al covid. “Yo diría que el 50% de los servicios covid eligen esta vía, la cremación, aunque quiero aclarar que nosotros le damos igual trato que a otras muertes”, explicó el tanatólogo.

Para Félix la decisión de la cremación también juega lo numérico y cuan álgida esté la pandemia, porque la cremación puede ser en un crematorio privado o el municipal que trabaja a pleno y son más rigurosos en la acreditación de parentesco. En un ámbito privado, se exige DNI y declaración jurada. 

Reconoció por último como una tendencia visible que en parte de la sociedad hay cierto miedo a la muerte por lo tanto muchos se sumaron como socios a los servicios sociales. “La gente empezó a prevenirse y pensar en la muerte. Estando solos en su casa pusieron esto en la balanza, además que sin este tipo de cobertura lo mínimo que hay que desembolsar a la hora de la muerte de un familiar es 50 mil pesos. Nuestra cartera de socios aumentó”, observó.