El hombre que sufrió síndrome de aplastamiento y quemaduras en la mitad de su cuerpo al explotar la caldera del laboratorio Apolo, en pasaje Dumont, Alem al 2900, fue dado de alta.

Este viernes, a las 10 de la mañana Juan Carlos Sánchez, chofer de colectivo de 58 años,abandonó el Instituto del Quemado en el Sanatorio Británico, donde se encontraba internado. La noticia es buena, ya que su estado al ingresar era delicado con un 57% del cuerpo quemado, y fractura de clavícula y costillas. Pero hay una realidad: el hombre no tiene casa a la cual regresar. Era vecino del laboratorio y las heridas recibidas fueron, precisamente, debido a que colapsó su hogar.

El abogado que representa a la familia Sánchez, Fernando Blanco, detalló a Rosarioplus.com que “a Sánchez le cuesta hablar, pero tuvo una buena recuperación", y contó que "si bien tiene el alta médica, seguirá haciendo rehabilitacion”.

Los daños ocasionados por la explosión en laboratorio Apolo para la familia en la vivienda familiar fueron muchos: sólo quedó en pie una habitación y fue poco lo que se pudo recuperar de material. “El hogar lo perdió, es empezar de nuevo”, resumió el representante legal.

Consultado por una futura denuncia al Municipio o al laboratorio, Blanco descartó esta instancia de momento. Prefirió “ser prudente ahora que, aun no se sabe la causa del estallido, y que se está en una etapa investigativa para ver si la falla fue técnica o humana". En este marco "es arriesgado inculpar a autoridades o a Apolo”, analizó.