El bajo caudal del río Paraná, que según mediciones de la Prefectura Naval llegó a 1,55 metros este jueves, afecta al ecosistema natural del humedal y pone en alerta a los ambientalistas que observan los cambios cada vez que visitan la zona de las islas.

"Muchísimas lagunas internas de las islas se han secado y los peces que no pudieron salir en su momento murieron. Hay mucho olor a podrido", señaló Pablo Cantador, integrante del colectivo El Paraná No Se Toca, en diálogo con Rosarioplus.com.

Además, el creador del blog sobre la flora y fauna de las islas "LosAliadoS", comentó que las nutrias de la zona, al no poder sumergirse en el agua, son fácilmente cazadas. "La caza furtiva es muy alta y el control que se hace es casi nulo", afirmó y denunció que en algunas páginas de Facebook se comercializan carpinchos, los cuales no se pueden cazar durante todo el año. "Al tener poca agua, los carpinchos se van a los arroyos y ahí son cazados con facilidad", remarcó.

En cuanto a la depredación pesquera, el ambientalista explicó que si la captura de peces "no afloja" quedarán pocas especies para la época de reproducción, que se da con la creciente del río. "Con esta bajante y la pesca excesiva seguramente se van a perder algunas generaciones de peces", anticipó.

Sobre la contaminación del río, Cantador indicó que las islas funcionan como "el riñón del Paraná", que filtran "todos los afluentes de las ciudades costeras y los desechos industriales" que son arrojados agua. Con la bajante del caudal, y la sequía en el interior de la costa entrerriana, el brazo marrón de agua se queda sin su órgano principal.

Quema ilegal en las islas

"Se han quemado miles de hectáreas en las islas y lamentablemente en Victoria no te saben decir la cantidad de focos que hay en un día", reprochó el referente del colectivo El Paraná No Se Toca, y agregó: "Cuando hay viento, el fuego arrasa con algunos montes que hay en los humedales y se pierden algunas especies de árboles. Además, los nidos de las aves se pierden y las iguanas mueren en su guaridas".

Al hacer referencia a la magnitud de la quema ilegal, el ambientalista comentó: "En Rosario sólo vemos los incendios de esta zona, pero arrancan en Puerto Gaboto y van hasta más allá de Villa Diego (Villa Gobernador Gálvez)".

"En las zonas donde pasó el fuego el suelo queda arrasado, es tristísimo", concluyó.

Privatización de las islas

"La zona del Paranacito se está urbanizando y hay cada vez más carteles de propiedad privada", comentó Cantador y afirmó que cada vez más espacios verdes, que eran utilizados por las personas que visitan los humedales para hacer una pausa y disfrutar de la flora y fauna de la región, son adaptados para convertirse en lotes vendibles.

"Las autoridades de Entre Ríos no pueden tener control sobre las islas, ni sobre el movimiento del suelo, ni la caza o la quema", criticó.

Verano difícil para navegar

"El río a este nivel es peligroso para navegar porque hay bancos de arenas que quedan sumergidos con un poco nivel de agua y los podés chocar", advirtió el ambientalista y señaló que las caminatas por el agua costera también se vuelven inseguras por irregularidad del suelo.