Alicia Cadierno es la ex directora del Instituto Médico Legal (IML), médica legista y cirujana general. Su gestión duró 20 años y desde ahí vivió y estudió la transformación que sufrió Rosario con la llegada de la violencia armada. La mujer, además, fue testigo de cómo fueron siendo cada vez más visibles los femicidios y asegura: “Fue inusitado el aumento de la violencia machista en los últimos diez años".

Alicia ingresó al edifico del IML de Rosario en 1992. No puede precisar con claridad cuántas autopsias realizó en todos estos años, pero calcula que más de 30 mil en toda su carrera. El número, sin embargo, no significa que naturalice la muerte, menos en casos especiales. "Me impactan mucho los casos de violencia sobre los niños y se hace complicado disociar la mente profesional de lo personal. La tarea  e autopsia puede definir la secuencia de los pasos que llevaron a la muerte de la víctima pero no siempre podemos impedir hacernos la idea palpable de la indefensión de la persona en el momento del deceso”, explica a RosarioPlus.com.

En este caso, asegura que al comienzo de la carrera le fue más difícil, pero después logró trabajar con cierta desunión, aunque ese sentimiento “vuelve a aparecer cuando uno tiene hijos". También dice que es muy difícil separar los sentimientos cuando se le debe practicar la autopsia a alguien conocido o un amigo. “Hay una idea errónea del público en general de creer que el forense es frío y que su objetividad hace que se aísle de la realidad y lo emocional. Pero la disociación se va a adquiriendo con el tiempo, no es solo la inseguridad por lo macabro y violento, sino de la muerte en sí misma”, narra la forense.

Cadierno intenta mostrar una mirada real de los médicos forenses, muy retratados en cientos de películas de Hollywood. “La realidad del equipo forense que trabaja puertas adentro es una cosa y de puertas afuera otra. De alguna manera todas estas cosas que están vedadas y circunscriptas a la muerte tienen un tamiz que sirve para aislar a la gente de un tema que puede generar dolor, pero también curiosidad”.

La médica forense advierte que estar en contacto con la muerte diariamente no es una tarea para cualquiera y que por la mesa de autopsias vio pasar todo tipo de situaciones, desde accidentes de tránsito hasta los vejámenes más increíbles que pueda pergeñar una mente humana. “Todo lo que se ve puertas afuera es puntual, una noticia para la sociedad que a nosotros se nos traduce en trabajo que es practicar un informe y colaborar con la justicia”.

El arribo de la violencia armada en Rosario: una práctica que llegó para quedarse      

La violencia como lenguaje se instaló hace tiempo en Rosario. La ciudad se volvió un lugar de  disputa por el monopolio de la fuerza entre policías y bandas criminales organizadas, y el Estado profundizó su retirada en las funciones de contención social. Todo ese coctel repercutió en el IML. Si bien se olfateaba que la situación en las calles estaba cambiando, nada hacía suponer que desde la muerte del Pájaro Cantero en 2013 comenzaría un reguero de sangre que se mantiene hasta nuestros días. Cadierno asegura que hubo algunos llamados de atención previos, pero que este hecho puso al rojo vivo las calles rosarinas y lo que comenzó como una serie de venganzas hoy se hizo hábito de parte de las bandas que manejan los diversos territorios de la ciudad.

“Los primeros casos con estas características de heridos por armas de fuego en este tipo de circunstancias fueron en 2008. Todavía no se hablaba de sicariato ni de bandas narcocriminales en Rosario, eran hechos aislados. Años posteriores fue creciendo la frecuencia de este tipo de muertes que hoy son prácticamente diarias”.

Según el Observatorio en Seguridad, Rosario posee una tasa de homicidios de 18 casos cada 100 mil habitantes, el cuádruple del promedio nacional. Casi el 77% de dichos homicidios tuvo planificación previa, y en el 85% de los casos los hechos registrados fueron cometidos con armas de fuego. Lo que habla, además, de una fuerte proliferación de armamento en todo Rosario. En 2014, ese registro era de 72%. En 2022 la cifra de crímenes cerró en 288 asesinatos, la cifra más alta de la historia. Lo que prevalece entre las víctimas en Rosario es la franja etaria de 15 a 24 años y de 25 a 34 años. 

Llegar a estas cifras requirió que el personal del IML tomara conciencia de la realidad y por lo tanto, muchos de sus integrantes lograron capacitarse con otros profesionales avezados en la materia, sobre todo de países muy comprometidos con los crímenes mafiosos, como México, Brasil y Colombia. “El volumen de trabajo no nos permitió pasantías frecuentes, pero sí tuvimos a algunos profesionales que lo hicieron”, cuenta Cadierno.  

La incorporación y mirada del femicidio en las prácticas forenses

Si bien mantiene en su memoria gran parte de los casos en que participó, Cadierno, ya jubilada, prefiere olvidar y hacer un paréntesis, aunque reconoce que todavía es fuente de consulta de fiscales y miembros del Poder Judicial. La médica secundó a la muerte escrutando los cuerpos de las víctimas de violencia, homicidios, suicidios, accidentes, infanticidios, muertes dudosas. Sus detallados informes son parte de la historia criminal de la ciudad, muy minuciosos de por sí, sin dejar nada al azar. Este es el caso de los autopsias de mujeres muertas por la violencia machista antes que se utilizara el término femicidio.

“Las muertes violentas de mujeres y niñas suelen ser el final de una violencia de mucho tiempo sobre ellas. Más allá de las lesiones trato de ver los gestos de dolor y tristeza en sus rostros, por lo cual la autopsia es algo más integral que detectar lesiones”, explica y dice que en esa práctica solo puede distinguirse el final de lo que puedo haber sido un prolongado tormento, incluso de años.

La tragedia de calle Salta, un hecho que nunca olvidará

La explosión por una fuga de gas en un edificio ubicado en Salta 2141 provocó 22 muertes, más de 60 heridos e innumerables consecuencias materiales y emocionales en la mañana del 6 de agosto de 2013. El IML recibió los cuerpos de las víctimas, y también fue donde se hicieron los reconocimientos por parte de los familiares. Cadierno señala que fue uno de los días de mayor trabajo en toda su carrera y que todo el personal acudió al instante y permaneció allí por más de una semana. “Allí estuvimos todos, los que estaban de guardia y también los que no tenían que estar, nos olvidamos de los horarios”, recuerda.

Marca además que el último día, cuando se terminó de encontrar a la última víctima, el depósito del IML tenía los cadáveres de ocho personas muertas en un accidente de tránsito en la ruta 18, otros dos muertos a tiros en un enfrentamiento y las dos nenas fallecidas al caer la rueda en el parque de diversiones del Parque Independencia. “Si tengo que decir algo sobre el día más difícil de mi carrera creo que fue ese, algo dantesco”, concluye.