En la audiencia imputativa contra Alexis L. (25 años) y Luciano P. (28), los fiscales Aquiles Balbis y Luisina Paponi concluyeron en que estos mataron a golpes y cuchillazos a tres muchachos que llegaron a la casa del primero, en Capitán Bermúdez, para cambiar pesos por dólares. Y que lo hicieron simplemente con la intención de apropiarse del dinero, unos 4,5 millones de pesos que aparecieron en la escena del crimen, una parte, y fuera de la vivienda, en un cantero de la calle 13 de Marzo al 300, en el barrio La Posta de esa localidad del cordón industrial.

La policía secuestró en la vivienda una maza de 3 kilos de peso y se presume que fue el arma letal que acabó con la vida de Eber Ramos (25 años), Santiago Ochoa (31); y de Emiliano Daniel Saucedo (25). También se secuestró un cuchillo del tipo tramontina manchado con sangre.  

Los dos detenidos fueron formalmente imputados por el delito de "homicidio criminis causae" en calidad de coautores. El crimen ocurrió en la vivienda de Alexis L. y lo que ocurrió -entendieron los fiscales- tuvo por finalidad apropiarse del dinero que las víctimas habían llevado para hacer una transacción de compra de dólares.

En la audiencia desarrollada en los Tribunales de la localidad de San Lorenzo ante el juez de primera instancia Carlos Gazza, los fiscales ventilaron detalles de la investigación y dijeron que las víctimas fueron atacadas con una maza de tres kilos y con una cuchilla marca "Tramontina" con mango de madera, ambos elementos secuestradas en la escena de los crímenes.

Al pedir la calificación de criminis causae en calidad de coautores, los investigadores judiciales consideraron que los homicidios se cometieron para ocultar el robo.

Siempre según la investigación, el dueño de la vivienda, Alexis L., había pactado con las víctimas la operación de cambio, razón por la cual éstas fueron al domicilio con dos bolsos que contenían 4.5 millones de pesos, que fueron secuestrados en el lugar.

En esa vivienda fueron hallados el pasado sábado los cuerpos de los tres jóvenes luego de que sus familiares denunciaran que desde la noche del viernes no tenían noticias suyas.

Al llegar la policía a ese domicilio fue recibida por el dueño de la propiedad, quien estaba junto a un amigo, Luciano P., por lo que ambos fueron arrestados.

La acusación de los fiscales fue aceptada por el juez Gazza, quien dictó la prisión preventiva de los dos acusados.