“No nos vamos a sentar en la ranchada a negociar nada”, lanzó, quirúrgicamente, el ministro de Seguridad, Pablo Cococcioni, incluso con esa frase tituló la gacetilla el área de Comunicación del gobierno provincial. Fue todo un mensaje pensado y enviado tras el caos desatado de crímenes y balaceras. 

El remitente son los presos de alto perfil debido, se supone, al endurecimiento del régimen penitenciario. Pero hay algo más en la frase: el gobierno entiende que la o las bandas responsables de los ataques están abriendo una puerta para negociar.

Ante esa opción, que probablemente en algún momento la política haya tomado para reducir daños, Pullaro redobló el discurso y las acciones. “Hay una decisión política de no negociar con la mafia. No hay que retroceder en las medidas que se están adoptando bajo ningún punto de vista”, dijo Coccocioni. De hecho reaccionó reuniendo a las autoridades del MPA, ciudad y Nación. 

A cuento de esto, el Ministerio de Seguridad de la Nación encabezado por Patricia Bullrich anunció un comité de crisis. La ministra avisó que va a “solicitar el apoyo de las Fuerzas Armadas”, un experimento en un momento crítico.  

Correcta o no, temeraria o como se califique la decisión, el gobernador optó un camino y no vacila. Justamente, la pregunta en medio del caos del jueves a la noche en que se encontraba Rosario, con los taxistas asesinados, el colectivero en el Heca y sin servicios públicos, era si el gobernador aflojaría y bajaría los modos contra los presos.  

X de Gobierno de Santa Fe

Sobre todo luego de que se leyó como un exceso la foto donde se mostró a los presos “a lo Bukele”, arrodillados y ordenados. La interpretación rápida es que las bandas se sintieron expuestas con la foto. Pero no es solo eso, sino las medidas y condiciones nuevas sin visitas. Probablemente, como se dice de manera coloquial, se sintieron zarpados, algo que parecen no soportar. 

Cococcioni afirmó que lo de la foto es accesorio y que endurecerá las condiciones como respuesta. “Estábamos en una situación similar y a los 20 días recuperamos la normalidad y estuvo así durante mucho tiempo. Poder se puede”, regaló Sergio Berni, ex ministro de Seguridad de la Nación recordando su paso por la ciudad.

La primera crisis de seguridad de Pullaro está pasando en este momento, cuando parecían enderezarse algunas cuestiones en los índices de violencia. En los planes del nuevo gobierno estaba la alternativa de que endurecer el régimen de detenciones tendría consecuencias, pero las mismas están tomando un nivel poco tolerable e incierto. 

El camino elegido es una pulseada bajo el lema del más fuerte. “Vamos a seguir con una política de mucha firmeza y vamos a demostrarles que el Estado puede mucho pero mucho más que ellos”, según definió el ministro de Seguridad.