Apenas pasadas las diez de la noche del miércoles, volvió el sonido seco y metálico de una pistola 9 milímetros a crispar al vecindario del barrio Tablada, en lo puntual, al de Alem al 4000. en esa cuadra, parado frente a un kiosco, Ismael Guzmán, de 27 años, cayó fulminado por una lluvia de balazos que un tirador le acertó al pasar desde un auto que la policía todavía busca.

Un vocero del Ministerio Público de la Acusación señaló que la Unidad de Homicidios Dolosos recibió el aviso policial a las 22.15 sobre un homicidio acaecido en aquella zona del sur rosarino. Los primeros testimonios brindados a los detectives de la Policía de Investigaciones refirieron que Guzmán y Eduardo A., de 43 años, estaban en la puerta del kiosco. Por calle llegó un auto no identificado. Y desde su interior una o más personas abrieron fuego contra los dos clientes del kiosco.

Eduardo A. recibió dos tiros en las piernas, por lo que fue derivado al hospital Roque Sáenz Peña para las curaciones de rigor. Esta misma mañana de miércoles recibió el alta. En tanto, para Guzmán significó el final.  Cayó herido de muerte en la vereda, y fue socorrido por allegados que lo llevaron al Hospital de Emergencias Clemente Alvarez (Heca). El joven agonizó unas horas y murió esta madrugada de jueves.

El fiscal Adrián Spelta inició la investigación que empezó con la recolección de 14 vainas servidas de calibre 9 milímetros, y cinco plomos remitidos al peritaje balístico. Ese número da cuenta de la dimensión del tiroteo.

No trascendieron motivación aparente que explique el homicidio.