A Fernando Martín Espíndola lo emboscaron y acribillaron en Magallanes al 3400 este miércoles, cerca de la medianoche, cuando volvía de ensayar con su banda de cumbia que había formado hacía poco más de un año. Hincha fanático de Rosario Central, este joven de 29 años tenía una hija de seis, e ilusiones y proyectos que hoy quedan en la nada. Sus amigos lo recordaron en redes como un “soñador” y destacaron su “alegría” y “optimismo”.

“Nada más lindo que arrancar mi cumpleaños con salud, trabajo y haciendo lo que más me gusta”, escribía el vocalista del grupo “Altoke Roke” el pasado de 16 de julio en una publicación de Facebook en la que compartía un clip de la banda mostrando lo que hacían. Minutos antes de que le quitaran la vida, Martín se preparaba junto a sus compañeros para la presentación que iban a realizar este fin de semana en una cervecería de Catamarca y Pueyrredón, en Pichincha.

A poco de conocerse la trágica noticia, fueron sus propios compañeros (y amigos) quienes utilizaron las redes para expresar su dolor: "Pensar que minutos antes hacíamos esto que disfrutamos juntos!! Me quedo con eso así que dejabas todo en la cancha amigo! Fuerza para toda tu familia danos fuerza Tincho" Tincho para siempre Tincho" Y como vos decís, amigos y que explote!!!!!!", escribieron junto a un video en el que se los ve disfrutando de ese último encuentro.

Del Instagram de altoke.roke.ok

“Se te estaba dando todo como lo habías soñado, cumpliendo un sueño como lo venías anhelando hace muchos años, bien de salud, bien de trabajo y hasta te iba bien con en el amor, te veia tranquilo y disfrutando de todo, no lo podía creer de como habías acomodado tu vida, todos los proyectos que se venían para tu futuro”, publicó en Facebook “Dj'z Paloma”, quien hacía las veces de presentador de la banda.

El fiscal Alejandro Ferlazzo, a cargo de la investigación, confirmó que el crimen se produjo cuando Martín salía de un ensayo con su banda, y estaba en compañía de dos amigos. En esas circunstancias apareció un automóvil cuyos ocupantes abrieron fuego sin pisar la calle. Los disparos primeros fueron dirigidos a una vivienda frente a la que estaban Espíndola y sus amigos, y enseguida se enfocaron en ellos hasta que derribaron a las dos víctimas.

Espíndola llevó la peor parte. Lo llevaron al Heca con un balazo en el pecho, y allí murió un rato después. Su amigo tuvo mejor suerte: le dispararon en las piernas y sobrevivió.

De esa manera, el fiscal procurará establecer si el músico pudo haber sido un blanco al azar del ataque criminal.