La usurpación de vivienda en los barrios más vulnerables de Rosario se convirtió en una costumbre para las bandas delictivas que buscan ocupar territorios para legitimar su poder. Las ocupaciones no se realizan sólo para instalar búnkers de droga, sino que se utilizan para sembrar miedo en los vecinos de la zona. 

La metodología es fácil, necesita de un trabajo de inteligencia y un brazo armado. Primero, se busca a una familia del barrio que sea vulnerable: madres solteras, hogares sin la presencia de hombres o familias que no tengan vínculos con agrupaciones sociales del barrio.

Luego de apuntar a la víctima, comienza el violento desalojo. Vandalismo, empujones, amenazas con arma de fuego, algún balazo intimidatorio, piedrazos, son los pasos que se llevan a cabo para quedarse con la propiedad de los vecinos. 

Este modus operandi de las bandas narcocriminales no es una característica de ciertas agrupaciones, sino que es una práctica común en varios distritos de la ciudad.

"La usurpación de casas es moneda corriente en el barrio", afirmó Carolina, militante de Comunidad Rebelde, en diálogo con Rosarioplus.com. "Ocupan las casas para hacer negocios", señaló la referente del centro cultural de Villa Banana, y agregó: "Es para hacerse presentes en el barrio y sembrar miedo en los vecinos".

En febrero de 2015, Javier Barquilla, de 37 años, murió tras ser baleado en el tórax en Felipe Moré y Rueda, cuando defendía a su cuñado de una pandilla que intentaba ocupar una casa vecina. El crimen, protagonizado por integrantes de la banda del Pandu, conmovió y puso en alerta a todo barrio Triángulo.

Otra organización que utilizaba la usurpación de viviendas como herramienta para su accionar delictivo eran "Los Cuatreros".

El pasado jueves 10, una serie de allanamientos en el barrio Cabín 9 tuvo como resultado 13 personas detenidas y el anuncio oficial de que se desarticuló una banda denominada "Los Cuatreros", dedicada al narcomenudeo y otros negocios ilícitos en la zona oeste.

Además del delito de asociación ilícita, la banda fue imputada por "amenazas coactivas calificadas tendientes a que la víctima haga abandono del domicilio".

El modus operandi de las agrupaciones de narcomenudeo también es utilizado para causar daños simbólicos en sus víctimas. Un caso concreto de esta actitud fue la ocupación de la casa de Jonatan Herrera, el joven asesinado por personal de la PAT a principios del 2015.

"Unas cuantas personas abrieron la puerta de entrada y la del patio", contó María Elena, madre del muchacho asesinado, en diálogo con Rosarioplus.com. Según explicó la mujer, el pasado jueves por la tarde, los vecinos de barrio Tablada llamaron a la familia Herrera para comunicarle que su domicilio había sido violentado.

"Por la información que tenemos, la usurpación fue realizada por la misma banda de narcomenudeo que estuvo amenanzando a mi familia", afirmó María Elena. Desde hace un tiempo, los hermanos y la madre del joven asesinado por la policía santafesina debieron abandonar su hogar por las intimidaciones que una organización delictiva de la zona llevaba a cabo.

"El comisario de la seccional 16 nos aconsejó que no hagamos la denuncia, pero la hicimos igual", aseveró la mujer. La casa de la familia Herrera, ubicada en Pasaje Villar y Ayacucho, se encuentra con sus aberturas encadenadas para evitar que se vuelva a protagonizar una usurpación. "Cuando llegamos a la casa nos encontramos con una chica y sus hijos, pero se retiró al vernos llegar", aclaró María Elena.

Para facilitar el trabajo, las bandas delictivas aprovechan la posibilidad de adquirir propiedades que aún no han sido habitadas, como sucedió en febrero de 2015 en el complejo habitacional denominado Zona Cero.

En dicho lugar, que cuenta con aproximadamente 1445 viviendas, los vecinos denunciaron la existencia de bandas dedicadas a usurpar viviendas que todavía no habían sido ocupadas. La tensión que se vivió por entonces, obligó al gobierno provincial a montar un operativo policial con cuatro patrulleros en la zona como intento de pacificarla. Los móviles se distribuirán en Zona Cero, Nuevo Alberdi, y en Rucci Oeste.

La problemática que sufren los barrios Triángulo, Tablada, Cabín 9, Zona Cero, Santa Lucía; también se repite en otras zonas de la ciudad donde las bandas narcocriminales se hacen presente. La usurpación de viviendas es una característica más de las organizaciones que operan de forma impune en algunas zonas de Rosario.