Hace ya varios meses, un par de años, aventuran algunos, que en algunos días, a medianoche, refulgen sobre el cielo de Rosario estallidos de pirotecnia sin motivo aparente. Nada que ver con navidad, año nuevo o algún triunfo deportivo que involucre a la ciudad. La explicación que circula en la calle es mucho más prosaica y cotidiana: la droga llegó al barrio, y esa es la forma de avisar a la clientela.

La especie circuló como rumor tiempo atrás, y regresó en los últimos días en la red social Twitter, con la verosimilitud que le da la misma respuesta coincidente en numerosas personas que respondieron a un mensaje en esa plataforma.

Fue un tweet con una tierna evocación infantil por parte del periodista y animador radial Juan Junco: "Cuando era chico a las 00:00 sonaban las campanas de la iglesia... ahora fuegos artificiales", escribió. Y las respuestas llegaron en catarata y con la misma explicación. 

Tweet de Juan!

"Llegó la mercadería, parece", dijo un twittero. "Mirá para arriba que por ahí te cae una bolsa de harina", bromeó otro. "Llegó mariajuana al barrio (?)", coincidió un tercero. 

Hay múltiples registros en redes de fuegos artificiales que duran pocos segundos, observaron atentos y sufridos habitantes de la zona sur. En su mayoría, apuntan a los cielos de Tablada y República de la Sexta como los escenarios donde el chisporroteo de fuegos de artificio ocurre con mayor frecuencia. Pero el fenómeno no es exclusivo del sur rosarino, también se han visto detonaciones de pirotecnia en zona oeste, Parque Independencia, Fisherton, Funes...

"Antes eran las zapatillas colgadas de los cables de la luz, y según la marca era la calidad del combustible. Es el aviso de llegada...", comentó una fuente que supo integrar la Policía de Santa Fe.

"Pero son como el tero: gritan en un lado y el nido está en otra parte. Eso es el aviso, que en tal y tal lugar llegó la mercadería", agregó ante la consulta de RosarioPlus.

Tweet de Romina 🥯

Una fuente oficial, con relevancia en la Policía, demostró estar al tanto de esa versión, incluso le adjudicó asidero aunque aclaró que "no consta" de manera oficial como que efectivamente la pirotecnia sea el modo de avisar la disponibilidad de cocaína en tal o cual barrio. Y confirmó que ese modo es similar al de las zapatillas colgadas, de tiempo atrás.

"No es fácil corroborarlo, primero porque nadie tiraría una cañita voladora al lado del bunker donde se vende droga. Y además, porque la Justicia federal tiene una burocracia que exige cierto nivel de prueba previa antes de autorizar un procedimiento. Los tiempos de la Justicia no son los que demanda la sociedad, y aunque el vecino se queje de que se demora 6 meses en investigar, puedo asegurar que no es tan fácil. La gente lo sabe, pero el juez necesita algo más que comentarios", dijo esta fuente.

El secretario de Seguridad provincial, Claudio Brilloni, aseveró la semana pasada que en esa cartera llegaron a tener conocimiento de que en Rosario hay por lo menos 460 puntos activos de venta de estupefacientes al menudeo. Y en esa línea, el funcionario reclamó un cambio procedimental y legal para que la Justicia y las fuerzas de seguridad puedan actuar con mayor celeridad.

Eso lo dijo ante el reclamo popular de que cualquier vecino sabe dónde se vende droga en su barrio, y que sin embargo esos kioscos narco funcionan sin riesgo de molestia policial.

RosarioPlus invita en sus redes a sumar juntxs conjeturas y experiencias sobre este mito urbano que asoma a medianoche desde distintos rincones de la ciudad.