Cinco policías murieron durante un tiroteo provocado por al menos dos francotiradores en ocasión de una manifestación en protesta por la violencia policial contra los afroamericanos, hecho perpetrado en la ciudad estadounidense de Dallas. La localidad se mantiene sumida en el caos después de que uno de los sospechosos que estuvo atrincherado por la policía, aseguró haber colocado bombas en un estacionamiento y en la ciudad. Finalmente la policía mató al sospechoso y se constató que no llevaba explosivos consigo.

La Policía arrestó a tres personas, dos hombres y una mujer, mientras que otro se atrincheró en un estacionamiento de varias plantas desde donde intercambió disparos con las fuerzas del orden. Según informaron medios locales, el sospechoso atrincherado se suicidó, aunque no hubo confirmación oficial al respecto. 

Desde Varsovia, Polonia, donde participará de una cumbre de la OTAN, el presidente estadounidense, Barack Obama, calificó el hecho como "despiadado, calculado y despreciable". "Aún no conocemos todos los detalles. Lo que sí sabemos es que ha sido un ataque despiadado, calculado y despreciable contra agentes de seguridad", dijo Obama en una declaración a la prensa tras reunirse en la capital polaca con los presidentes del Consejo Europeo y la Comisión Europea.

La emboscada fue ejecutada por al menos dos individuos apostados en dos edificios de estacionamiento situados a ambos lados de la calle por la que transitaban los manifestantes, atrapando a un pequeño contingente policial que controlaba el paso de la marcha en un "fuego cruzado" contra el que los agentes no tenían respuesta posible, según relató a la agencia Europa Press el jefe de Policía de la ciudad, David Brown.

Cuando la policía de Dallas pudo responder arremetió contra ellos en una persecusión que acabó con tres detenidos, mientras que un sospechosos se atrincheró en un estacionamiento cercano al lugar. Luego de varias horas y tras amenazar repetidas veces con detonar explosivos que llevaba consigo, la policía le dio muerte al sospechoso, según informó el alcalde Mike Rawlings en declaraciones a la cadena CNN. Sin embargo desde varias fuentes informativas circulara la versión de que el atacante se habría suicidado.

De acuerdo a las informaciones oficiales, los francotiradores acabaron con las vidas de cinco agentes de Policía: cuatro de autos de patrulla y un guardia de tráfico. Además hirieron a otras ocho personas: siete agentes y un civil, durante el transcurso de una manifestación pacífica contra la violencia policial en el centro de Dallas en memoria de Alton Sterling y Philando Castile, dos hombres de raza negra asesinados sin motivo aparente por las fuerzas policiales.