El exjefe de la seccional 10ma, comisario Gerardo Malpassi, fue condenado a 3 años de prisión efectiva y 6 de inhabilitación por detener a personas inocentes mediante testimonios falsos con el fin de encubrir a una banda narcocriminal, cuyo líder se trató del único condenado por el atentado a la vivienda particular del exgobernador santafesino Antonio Bonfatti en 2013.

Malpassi fue sentenciado mediante un juicio abreviado acordado entre su defensa y el fiscal José Luis Caterina, y homologado por la jueza María Trinidad Chiabrera, según informó el Ministerio Público de la Acusación (MPA).

El excomisario fue encontrado responsable de los delitos de abuso de autoridad, privación abusiva de la libertad agravada por extenderse más de un mes y falsedad ideológica. La condena al exjefe de la comisaría 10ma. de Rosario también incluye la inhabilitación por 6 años para ocupar cargos policiales, añadieron los informantes. Además de Malpassi, otros cinco funcionarios policiales que en 2021 prestaban servicios en la misma seccional están imputados en la causa, que aún no llegó a juicio oral.

El caso se inició el 21 de junio de 2021, cuando dos policías de civil salieron de la seccional en un automóvil particular, un Fiat Palio, a recorrer la zona norte de la ciudad. Según la investigación, en el camino subieron al auto a un conocido de uno de ellos, quien más adelante les señaló a un grupo de cuatro jóvenes, que fue detenido. Paralelamente, dos chicas fueron llevadas en un patrullero a la comisaría para que declararan que los arrestados habían sido quienes balearon una vivienda unos meses antes.

Una de las mujeres había sido víctima de esa balacera, en abril, que tuvo como objetivo un “bunker” de venta de drogas administrado por allegados a Emanuel “Pimpi” Sandoval, un joven que había sido condenado por el atentado al domicilio particular de Bonfatti en octubre de 2013, cuando era gobernador.

“Ema Pimpi” Sandoval fue asesinado en octubre de 2019 en una lujosa vivienda alquilada en la que cumplía prisión domiciliaria por otros hechos.

De acuerdo a la investigación del fiscal Caterina, con los testimonios falsos de las dos mujeres una fiscal imputó por la balacera a dos de los cuatros jóvenes, que pasaron casi 90 días en prisión.

Pero las chicas terminaron por declarar más tarde, ante la fiscal, que sus testimonios habían sido dictados en la seccional 10ma. por los propios policías, operativo conducido por el comisario Malpassi.

A partir de esas confesiones, el fiscal Caterina descubrió que “el acta presenta al procedimiento como absolutamente casual, afirmando que se encontraban realizando un patrullaje preventivo, se acerca una femenina y les señala a los cuatro aprehendidos como autores de un delito”.

A la vez, “se indica que cuando arribó el personal policial a la seccional, aguardaban en la guardia dos mujeres, pero dicha presencia en ese momento no figura consignada en el Libro de Guardias” de la comisaría 10ma.

“En cambio, se confirma que en el transcurso del día, dos masculinos, que responderían a una banda criminal junto a otra persona y que se presentaba como jefe de la Policía de Investigaciones fue hasta la casa de una de estas femeninas a que vaya a la seccional décima porque habían detenido a los autores de la balacera que la tenía como víctima”, informó el MPA.

Al descubrirse las irregularidades, el comisario Malpassi y cinco de sus subordinados fueron imputados por la maniobra, que tenían por objetivo encubrir a la banda de Sandoval, un “transero” que durante años dominó el comercio de drogas al menudeo en algunos barrios del noroeste rosarino. Cuando la fiscalía ordenó el allanamiento del domicilio del jefe de la seccional 10ma. se encontró con 300 mil pesos en efectivo.

(TÉLAM)