En la fachada de la Escuela Nº 84 “José Mármol”, frente a la plaza Pocho Lepratti, de barrio Ludueña, una alumna de 7º grado había colgado un dibujo sobre cartulina con el mensaje como una plegaria: “Queremos más seguridad, y que dejen de matar”. Pero el sábado a la noche, un balazo perforó ese cartel, como también las balas que siguieron reventaron los vidrios de varias ventanas.

Fue uno de los dos atentados que el crimen organizado perpetró este fin de semana en Rosario contra escuelas. Además del establecimiento de Larrea y Velez Sarsfield, dispararon contra la Escuela Nº1344 “T'aingoyé”, en avenida Sabin y Juan B. Justo, adonde concurren niños y niñas de la comunidad qom, entre otros.

La directora del establecimiento, Ana Ugarte, contó al aire de Sí 98.9 la consternación que se adueñó de esa comunidad educativa cuyo edificio recibió 14 balazos. 

“Encontrarnos con la escuela llena de impactos de bala. Es muy difícil sobreponerse. Estamos conmocionados. La escuela debe ser un lugar seguro para los niños y para las familias. Es una escuela muy grande, emblemática del barrio, todos los alumnos viven cerca, pero es una comunidad que viene siendo avasallada por hechos de delincuencia. Tenemos alumnos que han perdido familiares a manos de esta violencia. La escuela sigue de pie, y quizás quienes hacen esto utilizan las instituciones para enviar mensajes entre ellos, y nada tiene que ver la escuela. Dejaron un mensaje pero no era para la escuela. Nos usan para enviarse mensajes entre ellos”, expresó la docente. 

Allí estaba el delegado del Ministerio de Educación en la región Rosario, Osvaldo Biagiotti. “Lamentablemente es algo que nos parecía extraordinario y que ahora se replica con cierta frecuencia. Como Ministerio de Educación acompañamos a la comunidad educativa, al cuerpo docente, que está actuando con una templanza ejemplar. Quieren poner en valor la misión de la escuela, no quieren renunciar a esto que es su vocación, su compromiso. Ahora vendrán del Ministerio de Seguridad”, dijo el funcionario.

“Veremos cuándo se retomarán las clases, nosotros venimos a escuchar, no a imponer nada. Lamentamos esto porque en estas escuelas se trabaja mucho por cuidar las trayectorias escolares, que son frágiles porque hay mucha vulneración de derechos en las familias, y estos ataques implican un retroceso porque las familias así temen enviar a sus hijos”, dijo. 

Biagiotti atribuyó el atentado a “organizaciones mafiosas que le disputan al Estado el territorio, es el fenómeno al que estamos asistiendo”. 

También allí, el secretario general de Amsafé Rosario, Juan Pablo Casiello, comentó con preocupación que la balacera “deja al descubierto la absoluta impunidad con la que se mueven las organizaciones narco. Buscamos una respuesta masiva, mañana (por este martes 11) se desobliga la asistencia a clases y a las 11 nos convocaremos frente a Gobernación. Tenemos que concentrarnos docentes, padres, alumnos, para exigirle al poder político respuestas que sirvan”, expresó el gremialista.

El mismo panorama expuso la escuela bilingüe T'aingoyé, en la avenida de la Travesía y J.B. Justo, adonde concurría Máximo Gerez, el niño de 11 años asesinado el 5 de marzo en una balacera en el barrio Los Pumitas, cuando salía de una fiesta familiar.

“Hoy no tenemos clases porque estamos reunidos para garantizar el corredor seguro, es un pedido de las familias para garantizar el trayecto de los niños a la escuela”, dijo un docente. “Y además queremos saber qué condiciones se darán para retomar las actividades. Lo pedimos hace dos semanas a pedido de los papás para garantizar el trayecto, pero hay días que se cumplen y días que no”, agregó.