La polémica por el vacunatorio VIP en Granadero Baigorria comenzó a revelar los nombres de aquellos que se adelantaron en la fila bajo el rótulo falso de personal de salud. Hasta ahora se había hablado de algunos dirigentes sin demasiado detalles, pero con el correr del día la información se filtró.

Entre los vacunados en el Hospital Eva Perón, donde aparentemente el director de la institución, Jorge Kilstein, motorizó el proceso irregular, estarían el intendente justicialista de la ciudad, Adrián Maglia, el vicepresidente de la EPE y dirigente peronista, Alberto Joaquín, familiares del propio director del hospital, y el empresario Rubén Balestrini.

Según la denuncia presentada hace varias semanas por el jefe interino del Departamento Enfermería del Hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, Ariel Pérez, las vacunas se aplicaron en el verano y bajo el rótulo de "personal de salud" cuando ninguno lo era y en momentos en que ese grupo era el único que estaba recibiendo las dosis.

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En el caso del intendente, hasta podría entenderse la necesidad de acunarse por tratarse del máximo cargo ejecutivo de la ciudad, y más aún con su avanzada edad, pero hace ruido el ocultamiento de la aplicación de las dos dosis de Sputnik, una el 27 de enero y la restante el 24 de febrero.

Por su parte, Alberto Joaquín intentó justificar la aplicación de las vacunas: "A los 78 años asumí la vicepresidencia de la EPE, ad-honorem. Pese a todas las dificultades que la pandemia generaba fui cumpliendo con las múltiples obligaciones que el cargo exigía. A mediados de enero de este año tuve una recaída en mi condición de hipertenso. Como esto potenciaba los riesgos que ya estaba corriendo, y perteneciendo a la empresa a un sector esencial, solicité que se me vacunara para poder continuar cumpliendo con las exigencias que el cargo demanda ”.