El presidente de Panamá, Juan Carlos Varela, anunció la Operación Escudo, que consta del cierre de la frontera con Colombia  con el objetivo de "blindar" el país ante el narcotráfico, pero especialmente para contener la inmigración de indocumentados tras un cierre similar que impusieron Costa Rica y Nicaragua. La medidaq ya se aplica hace cuatro días pero recién este lunes el presidente anunció los detalles de la operación. 

Desde la principal base del Servicio Nacional Aeronaval (Senan), Varela dijo que mañana en Consejo de Gabinete "se aprobará la compra de equipos" para reforzar la persecución del narcotráfico y aclaró que su país es "sitio de paso" no "productor, ni consumidor" de drogas.

Añadió que "hemos tomado la difícil decisión de cerrar la frontera con Colombia al flujo irregular de extranjeros" y acotó que lanza la operación de defensa de su país, al "constatar que la producción y embarque de drogas se ha duplicado en los países vecinos, específicamente en Colombia".

Señaló que además del fortalecimiento de las fuerzas de seguridad se intensificará las labores de inteligencia policial y advirtió a los jóvenes en riesgo que "se alejen de las pandillas" porque lo único que van a lograr es "salir en la portada de un periódico".

Recordó que a esa decisión llegó luego de que Nicaragua y Costa Rica hicieron lo mismo el año pasado, aunque reiteró que el trato que dará a los emigrantes indocumentados que están en su país será "humanitario" aunque "no podemos estar en capacidad de ser parte de este tráfico todo el tiempo", indicó el gobernante panameño. "Daremos el trato digno que se merecen, pero nos toca cerrar la frontera a este flujo irregular", añadió.

Además, anunció un cambio drástico en la política migratoria de su país mediante cambios en la ley para que en Panamá "permanezcan" los extranjeros "con un estatus legal definido", lo mismo para que los que quieran en un futuro radicarse en el país lo hagan cumpliendo estrictamente con las disposiciones.