La disputa por la intendencia de Rosario significó como desde hace tiempo un nuevo reseteo en el escenario político local. Pablo Javkin finalmente ganó por tres puntos y no hay lugar para cuestionamientos o conteos como sí ocurrió en la reñida elección en 2019 frente al justicialista Roberto Sukerman. 

Esta vez ganó sin margen para la discusión aunque enfrente se engendró una nueva oposición encabezada por Juan Monteverde. El líder de Ciudad Futura llamó a continuar con el proyecto impulsado por la alianza entre Ciudad Futura y el Movimiento Evita y “a convencer a la otra mitad de Rosario que no nos votó”. 

No le será fácil por el apoyo puede ser circunstancial por la elección. No significa que conserve toda la adhesión, aunque tiene una chance de intentarlo. Primero apuntará a ser oposición dentro del Concejo que está minado por el oficialismo con 15 bancas de 28, es decir, mayoría automática si se ponen de acuerdo. Ciudad Futura tiene cuatro, más una del Movimiento Evita y la posibilidad de sumar algún peronista más transitoriamente. 

¿Le alcanzará para hacer fuerza? No parece tan sencillo. Por lo pronto descansa en el respaldo que logró en las urnas y que fue un vendaval para una fuerza chica. Además, que los barrios le dieron el espaldarazo a su candidatura. 

Quizás desde que el PRO arrasó en 2017 en las elecciones a concejal con amenaza de quedarse con la intendencia dos años después -algo que murió en la debacle macrista-, que el escenario no quedaba marcado con una fisonomía así de particular y polarizada.

“En 4 años gobernaremos Rosario, sin dudas”, prometió para amenizar el mal trago y las caras largas. Para eso falta demasiado y cualquier cosa puede ocurrir.