Durante este jueves se realizó una marcha y festival en defensa de la educación pública. La iniciativa surgió ante las expresiones del candidato a presidente Javier Milei, quien promete cambiar hacia un sistema de vaucher y arancelamiento el acceso a la universidad. En este contexto la consigna que aglutinó a docentes, estudiantes, gremios, y organizaciones sociales y políticas fue: “Ni voucher, ni arancel. Salarios dignos y presupuesto educativo. Defender la educación pública para transformarla”. 

Tras una marcha de un centenar de personas, que se inició en Plaza San Martín para terminar en el Parque de la Bandera, se leyó un documento en el que se reclamó “más educación pública, más derechos para docentes y estudiantes y políticas públicas para un país más justo, más diverso, más vivible”.

El documento que se leyó en el Parque de la Bandera

La educación pública es una conquista histórica del pueblo argentino. Pero hoy toman fuerza proyectos políticos (Bullrich y Milei) que buscan eliminarla e implementar propuestas de arancelamiento o un sistema de vouchers, eliminar el CONICET, a la vez que proponen represión, criminalización de la actividad sindical, quita de derechos (entre ellos a la huelga), o ponen en cuestión tanto las políticas de inclusión, las leyes que conquistamos las mujeres y disidencias como las políticas de derechos humanos en clave de memoria, verdad y justicia que hemos construido con años de lucha.

Creemos que la mejor manera de defender la educación es transformándola, y mejorando aquellas cosas por las que hace tiempo venimos luchando: aumento de salarios para lxs docentes, nodocentes y asistentes escolares, más presupuesto con manejo transparente, políticas de salud mental, mejores condiciones edilicias, más y mejores políticas de acceso y permanencia estudiantil, ponderación de la presencialidad entre otras cuestiones.

A lo largo y ancho del país hay docentes bajo la línea de pobreza, por lo que decimos enfáticamente: sin salarios dignos no hay calidad educativa. Es necesario garantizar la inversión en infraestructura y aumentar el presupuesto educativo, para poder consolidar y profundizar el actual sistema público, universal y laico. Urge también defender y hacer realidad la Educación Sexual Integral y la Educación Ambiental, como parte de las políticas públicas que aborden el cuidado de infancias y juventudes y de nuestros bienes comunes.

Por supuesto, no podemos pensar esto fuera de la tragedia social que implica que el 56% de lxs menores de 14 son pobres. La mayoría de nuestrxs pibxs sufren graves carencias no sólo en lo material, sino en lo simbólico, lo que conlleva una crónica precarización de la vida. Es un escándalo que quieran discutir privatización y vouchers cuando la mayoría de nuestrxs pibxs no tienen una alimentación básica adecuada.  

No nos da lo mismo lo que suceda en las elecciones nacionales, y por eso damos el debate de frente a la sociedad acerca de qué educación tenemos y cuál necesitamos.

Una cosa está clara: los años que se vienen serán duros: el acuerdo con el FMI que endeudó a nuestro país por años y viene siendo sostenido y respetado por el gobierno, nos impone políticas de ajuste que recortan y desfinancian a la educación, así como a la salud pública, a las políticas sociales y a los salarios, deteriorando las condiciones de vida de nuestro pueblo.

La respuesta no es retroceder, ni volver al pasado ni repetir viejas recetas que terminan empobreciendo a gran parte de nuestro pueblo. En unidad, con organización y lucha y sin bajar ninguna bandera, es importante defender lo conquistado y avanzar en lo que falta. Queremos más educación pública, más derechos para docentes y estudiantes y políticas públicas para un país más justo, más diverso, más vivible.