La CGT hace lo que tiene que hacer, pero no hará lo que no puede: reemplazar a la política opositora al salvaje programa de ajuste del presidente Javier Milei. 

Lo dijo claramente esta semana en Sí98.9 el canillita Omar Plaini que participó de la primera reunión de la central obrera con el gobierno nacional. Los enviados del presidente hicieron todo tipo de ademanes y agasajos a los jefes sindicales y por un momento creyeron, en serio, que habían desactivado el paro nacional. 

Al día siguiente se fijó la fecha de la medida para el próximo 9 de mayo, pero antes estará la movilización del 1 de mayo, y antes aún la del 23 de abril en defensa de la educación pública
convocada por los rectores de las distintas universidades. “Vamos a estar acompañando, por supuesto”, adelantó Plaini.

Sobre el tema hay buenas señales para profesores, estudiantes y la comunidad toda. La encuesta que Zuban, Córdoba & Asociados publicó ayer indica que un abrumador y mayoritario 86% coincide con la idea de que la educación pública se trata “de un derecho que debe ser
defendido”. 

El palacio y la calle

Pero la misma consultora indica que el presidente tiene un 47% de imagen positiva. Una suba considerable desde el estudio de marzo de esta misma empresa. Los principales indicadores de la gestión no han sufrido grandes cambios. “El gobierno logró consolidarse en un margen
de positividad del 45-50% que, aunque es menor que el de otras gestiones para esta misma altura, no es para nada desechable”, consigna el informe técnico. 

La baja registrada en la inflación es el principal motivo de la mejora temporal en la figura presidencial y es la que le avisa al resto de la política que “todavía no hay que subirse las medias porque sigue siendo foto carné”, como le gusta decir a un viejo lobo del peronismo nacional.

Pero la entrada plena en vigencia de las estratosféricas tarifas de luz y gas amenazan seriamente el leve descenso del IPC y pueden volver a frenar el vientito de cola que poco se nota. Paralelamente, la visión social de un sacrificio presente con expectativas de esperanza
para el futuro continúa en un importante sector de la población. Pero hay señales de alerta para el gobierno. El temor al desempleo aumenta como motivo de preocupación, según una encuesta de Opina Argentina.

Según la consultora que dirigen los politólogos Facundo Nejamkis y Andrés Gilio, el porcentaje de encuestados que cree que la inflación es el principal problema a solucionar bajó del 42% al 32%. La expectativa de que la inflación disminuya en los próximos meses creció 3 puntos porcentuales en abril.

El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo y el presidente Javier Milei
El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, el ministro de Economía, Luis Caputo y el presidente Javier Milei

Para los consultores políticos, en medio de un contexto recesivo, el temor al desempleo (52%) es una sensación mayoritaria en la sociedad desde febrero de este año. La percepción de que el desempleo es el principal problema es más intensa entre mujeres y a mayor poder
adquisitivo. 

Conflicto Medio Oriente

Los últimos acontecimientos en Medio Oriente con el ataque con drones de Irán a Israel, después de que el gobierno de Benjamín Netanyahu bombardeara la embajada iraní en Siria; motivaron el alineamiento férreo que Milei viene tejiendo con la derecha judía desde hace tiempo. Las primeras consultas sobre el tema indican que la mayoría de los argentinos se oponen a un alineamiento que rompa con la tradición diplomática del país. Ya se midió de igual manera la opinión sobre la posibilidad de que el gobierno libertario enviara tropas a Ucrania por
el asedio de Rusia.

El presidente argentino viene de recibir en Miami el Premio Embajador Internacional de la Luz, otorgado por la organización de ultraderecha Chabad Lubavitch, en reconocimiento por su compromiso con el gobierno de Israel. Según informa Horacio Verbitsky, “la filial argentina de
esa secta jasídica apoyó hace medio siglo a la dictadura cívico-militar-eclesiástica”.

Hasta dónde está dispuesto a llegar Milei se verá en la batalla con las prepagas. No todas las empresas estuvieron de acuerdo con Claudio Belocopitt de recuperar de un solo golpe las tarifas atrasadas tras la liberación del mercado que dispuso el gobierno. El Gobierno ahora les
pide a las prepagas congelar por dos meses los valores y éstas le respondieron que sólo lo harían si se frenan también insumos, salarios y sanatorios. 

Massa calienta motores
Massa calienta motores

Pero en el fondo sospechan que no hay voluntad real de acordar. El Presidente ordenó rechazar todos los pedidos de reunión que hicieron desde el sector de la salud. Los acusa de “cartelización” y reclama sanciones, no acuerdos. Aquí puede ganar algo de tiempo en
el deterioro de su relación con la clase media.

Por su lado, el ex candidato presidencial que conserva gravitación política aún en silencio; Sergio Massa le está dando los últimos retoques a un libro de próxima publicación al que -según el diario La Nación– se negó a ponerle el título que recomendaba la editorial: Por sí o por no, la frase que utilizó en el último debate con Milei antes del balotaje, que puso en evidencia el desconocimiento del libertario sobre los procedimientos del Estado pero que, a la vez, le generó empatía de votantes que lo vieron apabullado ante un profesional de la política. 

Massa pidió que el título haga eje en la idea del “encuentro”, que propicia desde una fundación y que lo muestra abierto a futuras alianzas. El ex ministro de Economía negó además estar
enfrentado con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, otro de los dirigentes que huelen a futuro en el difuso horizonte peronista.