Sergio Machado, el gran denunciante de corrupción contra el presidente interino Michel Temer y toda la cúpula del Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (Pmdb), ha ganado una prisión de lujo a cambio de convertirse en el mayor delator de la Operación Lava Jato. Por su actitud de revelar los casos de corrupción en los que él también participó, lo llaman el “hombre-bomba”  

Machado, ex presidente de Transpetro y supuesto recaudador del PMDB, deberá devolver 20 millones de dólares que cobró de sobornos como presidente de la empresa estatal subsidiaria de Petrobras durante 9 años.

A cambio, su familia estará protegida y el purgará su condena en una mansión en la playa cercana a la ciudad de Fortaleza, con tobillera electrónica pero con dos piscinas, canchas de tenis, de fútbol y permiso para recibir hasta 27 amigos y familiares. Hasta 2018 tendrá ocho salidas de navidad y año nuevo de su mansión.

Con la delación premiada, como se conoce en Brasil a la 'ley del arrepentido', Machado ha causado una crisis no esperada en el gobierno de Temer. Sus revelaciones y grabaciones hicieron caer a tres ministros del gobierno de Temer.

Ha generado polémica la forma "A lo Pablo Escobar" que ha encontrado Machado de librarse de los muros de una penitenciaria a cambio de su mansión en el estado de Ceará, noreste del país.

La condena será cumplida en su casa: dos años y tres meses en régimen cerrado diferenciado y nueve meses en régimen semiabierto. Como puede ser condenado a 20 años de prisión, gracias al acuerdo y a la devolución de dinero como parte de una multa, podrá cumplirla en su mansión de Fortaleza con tobillera electrónica.