Con la vigencia desde este jueves de más restricciones a la circulación y a la actividad comercial, el Ejecutivo municipal accedió a intervenir en una postal anti sanitaria que se repite desde que la empresa chilena Falabella anunció el cierre de su sucursal rosarina: la aglomeración de personas que hacen extensas colas sobre peatonal Córdoba al 1100, en busca de la supuesta liquidación de la tienda.

La secretaria de Control y Convivencia municipal, Carolina Labayrú, acudió con agentes de su área a la mayor tienda de la ciudad en Sarmiento y Córdoba, y realizó una intimación para que la empresa disponga los medios necesarios para evitar esa aglomeración de gente.

"Lo que se hizo fue notificarlos de sus responsabilidades tanto en el interior como en el exterior del local, se les abrió las ventanas para que circule aire y se les hizo notar que la cola solo puede llegar hasta donde termine su comercio, no mas allá. Se les limitó la cola", puntualizaron voceros de la cartera de Control.

El contexto, remarcaron fuentes municipales, es disminuir la circulación social del virus para descomprimir al sistema de salud, hoy con el 100% de sus camas críticas ocupadas.

La firma chilena debe hacer cumplir a los clientes con el distanciamiento para evitar una clausura, y lo realizado al momento no fue suficiente, con la clientela que pierde las distancias en la fila y los insuficientes empleados de seguridad para ese control. De esta manera, la exigencia notificada por Labayrú es para que la empresa contrate guardias adicionales a los que ya tiene.

Si bien queda en claro que las restricciones no impiden el funcionamiento de la empresa que decidió retirarse del mercado rosarino al 12 de junio, "ellos son responsables de que se genere esta fila en las afueras del comercio y deben hacerse cargo", afirmó Labayrú.

"La recomendación es ir al negocio de cercanía por eso vinimos a hablar con la gerencia de Falabella para consensuar alguna medida y tratar de evitar una clausura anticipada”, precisó la funcionaria municipal.

Cabe destacar que Falabella abona un servicio adicional para que agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) controlen las medidas de cuidado en las afueras del local, pero insistió en que la empresa debe hacerse cargo de que se cumplan las medidas preventivas. "Más allá de que tenemos personal apostado no nos podemos abocar a la seguridad de un solo comercio", aclaró.