Por Antonio D´Eramo

El plan de construcción de la torre más alta de Rosario es financiada por Sancor Seguros, la constructora Obring y el estudio de abogados Casanova, Mattos, Salvatierra y Fesser, ligado a la empresa de medios La Capital. El master plan del edificio de 200 metros de altura y 60 pisos incluye la instalación de oficinas corporativas del Grupo Sancor, en los primeros 10 pisos de la torre, mientras que en los 50 niveles restantes existirán departamentos de lujo, de categoría premium, de entre dos y tres ambientes.

Una construcción faraónica por la que el intendente del Frente Progresista Cívico y Social, Pablo Javkin, y el gobernador Omar Perotti, del Frente de Todos, muy ligado a Sancor Seguros, pensaron que salía aprobado rápidamente. Pero los ediles decidieron señalar numerosas dudas, publicó la agencia Noticias Argentinas (NA).

El fenómeno de gentrificación, proceso de rehabilitación urbanística y social de una zona urbana deprimida o deteriorada, que provoca un desplazamiento paulatino de los vecinos empobrecidos del barrio por otros de un nivel social y económico más alto, "no se detiene en Rosario y con esta edificación se profundizará aún más", señaló la concejala Fernanda Gigliani, del interbloque peronista.

Mientras que para el edil oficialista y ex periodista Ciro Seisas "la torre será un ícono arquitectónico, el símbolo de una Rosario pujante que le va a permitir a la ciudad seguir creciendo y, además, el 90% del terreno va a ser un parque público con vista al río y con posibilidad de extender el paseo de libre circulación", para la arquitecta Mirta Levin, ex secretaria de Planeamiento Municipal durante la gestión del fallecido Miguel Lifschitz, "hay que tener en cuenta que Puerto Norte, donde se va a construir la mega torre, tiene un plan aprobado y no prevé un plan de construcción de estas características".

Para la ex funcionaria, "en su momento se estableció un criterio justo y equilibrado, para todos los desarrolladores, se definieron alturas con un criterio sumamente pautado y se estableció en que área deberían estar las mayores alturas y por qué". Desde luego que para Mirta Levin el proyecto es un atentado a su gestión, a todo lo acordado legislativamente con anterioridad y el nuevo plan obedece, únicamente, a razones financieras.

El proyecto de más de 100 millones de dólares generó grandes debates dentro de las fuerzas progresistas que incluyeron renuncias como la de la edila, Verónica Irizar, a la comisión de Planeamiento por no acompañar esta iniciativa privada promovida por el oficialismo.

No sólo Irizar votó en contra de esta torre gigante, sino también la referente del peronismo en el Palacio Vasallo, Norma López. Se opuso porque tiene "dudas sobre algunas cuestiones que tienen que ver con el proyecto en sí mismo. Se modificó solamente un lote para la construcción de esta torre y no se miró todo lo demás y los servicios tienen que estar garantizados y tener la factibilidad aprobada".

"En lo personal no estoy de acuerdo con estas construcciones", explicó la legisladora, "porque no se discuten en un marco donde las urbanizaciones y el acceso de todos los servicios tienen que llegar a toda la ciudad y podrá convertirse en una torre hermosa, pero no deja de ser para un sector muy exquisito y exclusivo".

La lupa sobre el origen de la plata 

En este sentido, el edil Lisandro Cavatorta, que responde al gobernador Perotti y votó favorablemente por la iniciativa, hizo hincapié para que "se aplique la Ordenanza Antilavado y se analicen los fondos que se destinarán a la construcción de la torre" y recordó que "las compensaciones prometidas cuando se construyeron los primeros edificios de Puerto Norte, se hicieron tarde y mal".  .

El legislador se refiere a los seis millones de dólares, al tipo de cambio MEP, que se destinarán para mejoras y obras en barrios populares. Una especie de compensación ante una situación social completamente fragmentada en la ciudad de Rosario.

Acaso otro de los aspectos a analizar de la inversión sea la conformación de los fondos aportados por el estudio de abogados, Casanova, Mattos, Salvatierra y Fesser, ligados a los empresarios Scaglione y Daminato del grupo La Capital que hoy apuntan a adquirir la porción accionaria del grupo de medios América que pertenece a Daniel Vila y a José Luis Manzano.

Gustavo Scaglione, principal accionista de La Capital y Televisión Litoral suele utilizar el método de juego de cajas chinas para construir su trama societaria. Se trata de un mecanismo de sociedades que controlan a otras, que a su vez participan de terceras, que suscriben acciones de otras, vinculadas a unas distintas. Comunicación 3 SA fue constituida el 26 de noviembre de 2018 por los abogados Leandro Salvatierra y Diego Feser y el propio Scaglione.

Los abogados integran el estudio jurídico Casanova, Mattos, Salvatierra y Feser, que participó de la venta de La Capital desde los mendocinos Daniel Vila y José Luis Manzano a Scaglione y su esposa Josefina Daminato, heredera de una de las fortunas principales de Rosario, y con llegada al ex Presidente Mauricio Macri. De esta manera, los intereses de los Scaglione se ampliaron, en los últimos meses, a los desarrollos inmobiliarios.