En la lucha contra la inflación, la carne siempre está en el centro de los debates. Según informaron desde el sector mayorista, el precio específicamente de la vacuna, comenzará a recalentarse en noviembre y se encamina a presionar sobre el IPC de diciembre, cuando se dará el mayor ajuste. La cadena teme un nuevo round contra el sector, con un aumento de intervención por parte del oficialismo. Sin embargo, anticipan que es un mercado atomizado -a diferencia de otros- por lo que es difícil controlar el precio.

Sobre este tema, desde Ponele que si en SI 98.9 convocaron a un avezado carnicero quien dio su punto de vista sobre qué puede pasar en las próximas semanas. Según Mauro Montes, dueño de dos establecimientos medianos en la ciudad, desde hace cuatro meses no hay recambio en el precio de la mercadería y que ellos siguen vendiendo al mismo precio, aunque por algunos indicios aseguró que es probable que en corto plazo haya un incremento.

Y advirtió que esto puede suceder porque en las últimas semanas hubo una ampliación sostenida en el precio de la carne de cerdo, eso con la excusa de la falta de mercadería por la gran cantidad que se utiliza por parte de los frigoríficos para exportación, por otro lado agregó que el pollo también aumentó en los últimos días.

Para Mauro cambio el consumo, pero eso “no hace que la gente deje de frecuentar la carnicería, igual al ser un negocio de barrio en su mayoría son clientes que vienen a buscar la comida del día, como milanesas, costeletas, bifes, por ahí se cuidan más en las cantidades, pero compra”. Dijo que hay ciertos cuidados, se consume menos, pero la carne de vaca siegue estando entre las preferencias de los consumidores.

Por eso a la hora de pensar en un asado y hacer economía el carnicero recomendó la tapa de nalga y la tapa de asado que se pueden reemplazar por vacío que tiene un costo de 930 pesos por kilo contra 800 en los otros cortes. Sin embargo adujo que un asado tradicional,  hoy se debe hablar de 500 pesos por persona, y si bien para el bolsillo argentino es caro, no se compara con otras cosas que duplican ese valor.

Las condiciones para que pueda darse un aumento

Desde que el gobierno de Alberto Fernández prohibió el 19 de mayo la posibilidad de exportar carne vacuna, el precio de la vaca de conserva -va principalmente a China y no se consume en el mercado interno- se desplomó. En las últimas semanas, luego de la flexibilización que anunció el actual ministro de Agricultura y Ganadería, Julián Domínguez, la demanda comenzó a ser más sostenida y los valores de corrigieron.

En cambio, en las categorías de vacas de consumo interno hubo recortes de precios por el bajo consumo. Los valores corrientes en el mercado de Liniers rondan los $200 y $205. De todos modos, con menores restricciones y junto a la llegada del verano se espera que por una mayor demanda los precios se empiecen a mover.

Durante los 132 días que estuvo más intervenida la cadena, el sector agroindustrial alertó que una de las consecuencias que traería la medida iba a ser una disminución de la oferta de animales.

En paralelo, en el mercado internacional de la carne los precios tuvieron un aumento cercano al 22% porque "en Europa, Israel y Estados Unidos hubo apertura, se puso laxa la cuarentena y eso hizo que haya un fuerte aumento de la demanda", agregó Schiariti. Además, Brasil cerró sus exportaciones por casos de Vaca Loca, lo que sumó presiones.

El aumento de precios internacionales hizo que la facturación por exportación de carne bovina crezca en septiembre con respecto a agosto un 16%, según las cifras del Consorcio ABC. Los contingentes arancelarios fueron los que más influyeron. Por ejemplo, los cortes que componen la cuota Hilton tuvieron una mejora de precio superior al 50% en el último año.

Hay una buena noticia para el Gobierno. En una situación de mercado liberado, la mejora de precios internacionales podría traccionar a más exportaciones, y eso eventualmente generar un aumento de precios en el mercado doméstico por oferta y demanda: habría menos de la primera. En un mercado intervenido, como sucede actualmente, se corta ese mecanismo de transmisión porque las exportaciones están restringidas en cantidades.

La mala, es que sí se espera que haya suba de precios por la poca oferta de carne que hay. "En octubre cayó 10% la faena respecto al año pasado. También, los feedlots están muy vacíos, no han recuperado la cantidad de animales y entregan menos a la faena. Por eso bajó la oferta de carne, en particular de hacienda liviana que val mercado interno", explicó David Miazzo, economista jefe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).