La polémica acerca de las nuevas bicisendas sigue caliente, dado que algunos ediles se oponen por considerar peligroso que se implementen en ciertas calles del microcentro, pero durante el fin de semana la Municipalidad de Rosario completó la demarcación final en algunas calles con las medidas pertinentes. Y, en la práctica, aunque no se hayan inaugurado formalmente, son muchos los ciclistas que ya las consideran una opción.

Con la intención de fomentar el uso de la bicicleta y para conectar con las estaciones del nuevo sistema público, el Ejecutivo municipal comenzó hace dos semanas a demarcar las nuevas bicisendas en varias calles, incluido el microcentro. Este fin de semana completó la delimitación en algunas de las calles consideradas más peligrosas: Rioja, Buenos Aires, San Luis, Alem y Corrientes.

Pero al anunciar el plan, las críticas no se hicieron esperar. El primero que disparó contra la implementación fue el concejal Roberto Sukerman (FPV), quien directamente pidió que suspenda la demarcación de las nuevas ciclovías por considerar que se habían hecho en arterias de mucha circulación vehicular, tanto de transporte particular como transporte público, y la convivencia entre autos y bicis podría desembocar en “accidentes fatales”.

La Municipalidad respondió que tomando las medidas correctas en la línea de separación entre el carril de tránsito motorizado y las ciclovías, precisamente con el sistema de alerta de vibración, el nivel de peligrosidad bajaría.

Pero hubo más quejas. La concejala Fernanda Gigliani (Iniciativa Popular) pidió entonces que la demarcación de nuevas bicisendas “se haga cumpliendo las normativas internacionales al respecto, especialmente lo vinculado a la seguridad de los ciclistas”.

La subsecretaria de Movilidad y Seguridad Vial municipal, Mónica Alvarado, desmintió a la concejala Gigliani y aseguró que “no existen normas internacionales” en materia de seguridad a la hora de construir ciclovías y que cada ciudad se adapta a su cultura.