Una cosa tienen en común los equipos de Rosario en lo que va del semestre: los dos tambalean en el fondo. Por diferentes razones, ni Central ni Newell's consiguieron estabilidad defensiva y los entrenadores lo saben. Por eso, para el partido más importante del año, los dos ensayaron variantes en la última línea con el fin de disimular los inconvenientes.

El Canalla nunca pudo reemplazar a los referentes de la temporada pasada. Donatti y Álvarez partieron y dejaron un hueco que nadie supo llenar. Al "Flaco" lo extrañan y en algún momento Coudet pensó en repatriarlo pronto, mientras que el ex Boca, hoy en Racing, gracias a su polifuncionalidad solucionaba casi cualquier problema con oficio y experiencia.

Claro que también falta Pinola, quien en la semana sufrió un golpe en la pierna operada y su recuperación volvió a cero. El zurdo tendrá que pasar otra vez por el quirófano pese a que soñaba con reaparecer en el clásico, al menos en el banco de suplentes.

De momento, ni Burgos ni Torsigilieri estuvieron a la altura, y el único que parece aprobar el examen es el uruguayo Menosse. Dylan Gissi, en tanto, jugará ante Newell's como marcador central por primera vez con la camiseta auriazul (fue lateral ante Rafaela). Otro cambio por razones de rendimiento es el ingreso de Ferrari en lugar de Salazar.

Newell's tampoco está tranquilo en el fondo. Se sabe, Sebastián Domínguez fue el primero en pagar los platos rotos. Pese a su larga trayectoria y su amor por la camiseta, el "Negro" fue blanco de las primeras críticas aún cuando la Lepra sumaba de a tres. Pronto Osella lo sacó de la formación titular.

Germán Voboril, refuerzo para la temporada, tampoco estuvo a la altura. Una lesión lo marginó del equipo, para da la sensación de que cuando se recupere le costará volver a ser considerado. Por lo pronto el DT improvisa con Nehuén Paz, que le da menos proyección pero más altura. El ex All Boys intenta cumplir con su trabajo sin complicarse. 

El último retoque del entrenador se dio en la previa del clásico. Salió Advíncula, quien acumuló algunas malas actuaciones, y el lugar como lateral derecho ahora es para Escobar, mientras que Formiliano irá a la zaga. Cuatro marcadores centrales en el fondo (el inamovible Moiraghi completa la línea de cuatro), la receta de Osella para bancar la parada en el Gigante. 

En un partido de pronóstico reservado, la clave puede estar en las defensas. Los dos se plantan con futbolistas que compartieron muy pocos minutos en cancha y los errores de coordinación y funcionamiento pueden aparecer en cualquier momento. Quien tenga a los delanteros más pícaros, tal vez marque la diferencia.