A los 71 años, Guillermo Salatino, es uno de los periodistas especializado en tenis más importante del mundo. Lleva 40 años cubriendo el circuito profesional, estuvo presente en más de cien Grand Slam. Después de que la Argentina se alzara por primera vez con la Copa Davis ante Croacia en Zagreb, cumplió una promesa y cruzó la cancha de rodillas, hecho que cuenta en esta entrevista con Rosarioplus.com, en la que también analiza el momento del tenis nacional.

¿Qué análisis hace del momento por el que está pasando el tenis argentino?

La Argentina merecía la Copa Davis porque hace años que está entre los mejores cinco del mundo en cuanto a la cantidad de jugadores entre los top 100. Hoy con nueve tenistas esta tercera en importancia a nivel internacional detrás de Francia y España. Todo esto por el mérito de estar en el fin del mundo donde abajo hay solo agua y hielo, en un país donde es muy difícil poder arrancar, un chico para ir a jugar al exterior necesita 100 mil dólares. La Asociación Argentina tiene un presupuesto de un millón y medio o dos mientras que en las naciones desarrolladas los Grand Slam le dejan cien millones de euros para el desarrollo del tenis.   

¿Terminó la serie en Zagreb y cruzó la cancha de rodillas?

Esta promesa viene de 2008 cuando perdimos la serie en Mar del Plata contra España y yo me enojé con el equipo porque no nos atendieron, nos trataron mal, hicieron mal los deberes. Porque perdimos una final que la regalamos e hicimos todo para que sea así. Desde la elección de la superficie que favoreció a los contrarios pasando por problemas políticos y económicos, Nalbandian que la quería hacer en Córdoba, el papá de Del Potro la llevó a la ciudad balnearia. En el medio todos se fueron al casamiento de Juan Ignacio Chela. David chocó en la semana. También hubo errores desde lo estratégico en la conformación de la serie y de todo tipo. Yo lo sentí y tuve la sensación de que había pasado el tren y que nunca más  íbamos a ganar la Copa Davis, entonces prometí que si alguna vez lo lográbamos cruzaba la cancha de rodillas.

¿A quién se lo prometió?

Esto lo sabían los capitanes y muchos jugadores porque como me peleaba con ellos, pensaban que yo quería que perdieran. En todos estos años he elegido buenos rivales, Vilas, Nalbandian y Del Potro con quién me amigué en Wimbledon en un acto de humildad y generosidad de él que vino a pedirme disculpas por haberme dejado colgado con todo el equipo del programa de Sin Anestesia. Por entonces me enoje y por más de dos años no fui a ninguna de sus conferencias de prensa. Pero Juan Martín cambió, maduró, pensó, pidió disculpas y me dijo que quería subsanar su error y le pedí que me regalara la Copa Davis. De regreso de Zagreb aquí junto con él en el avión me dijo: no te podes quejar, cumplí. Esto era lo que faltaba en mi carrera, ahora ya estoy hecho.      

¿Que tuvo de diferente este equipo?

El equipo fue muy unido. El capitán es buen conductor de grupo, sereno, reflexivo e inteligente y se los transmitió a los tenistas. La tranquilidad pasmosa con la que jugó Delbonis no existe, quizá no tenía consciencia de que estaba disputando el partido más importante de la historia del tenis argentino. Yo noté que Orsanic todo el tiempo hablaba con los jugadores, pero al Del Potro no le decía nada, ellos se conocen mucho y yo creo que hoy él es su entrenador, aunque no se reconozca oficialmente, pero lo está ayudando.

¿Cuál fue la clave del éxito?

El gran secreto es que hay un solo cacique, un líder natural. El problema que siempre tuvimos más uno, por esas peleas entre Vilas y Clerc o Jaite y De la Peña. Después ni hablar de La Legión con un equipo con cuatro top ten y perdimos. Hicimos tantas cosas mal y las peleas siempre fueron para ver quién mandaba. Ahora no había ninguna duda, había un jugador como Del Potro que era de otra categoría y los otros chicos, que como digo y con todo el respeto hacia la gente del interior a la que conozco tan bien después de haber jugado tanto al tenis en las distintas provincias, parecían tres gringos, tres tipos de campo con una paz, con una tranquilidad, con una falta de ansiedad. Son personas muy buenas que nunca se pusieron mal porque no los pusieron y entró otro. 

¿Este también fue su año con los reconocimientos que ha recibido?

Cuando uno empieza a estar medio viejo te empiezan a dar reconocimientos por la trayectoria. Wimbledon me dio un premio por los 40 años de cobertura, así como en el Masters Final y la Federación Internacional de Tenis me otorgó la réplica de la Copa Davis debido a que soy el único periodista argentino que estuvo en las cinco finales. El año que viene ya me avisaron de Roland Garros que debido a mis 40 años consecutivos habrá una sorpresa para mí. Estas son cosas de viejo, cuando te dan estos premios vienen con el carnet del PAMI.