Un sacerdote que en los últimos años realizó varias denuncias contra organizaciones vinculadas con la venta de drogas que operaban en la zona este de Tucumán fue encontrado este miércoles muerto en el interior de su vivienda y los investigadores procuraban determinar las circunstancias del hecho, informaron fuentes policiales.

Juan Viroche (46) fue hallada muerto en su casa de La Florida, ubicada a unos 70 kilómetros al este de la capital tucumana, y por el momento se desconocen las causas de su fallecimiento y se aguardan los resultados de la autopsia.

El cuerpo de Viroche apareció en su dormitorio, donde se hallaron sus pertenencias desparramadas por el piso, y según los investigadores a simple vista no tenía signos de violencia, al igual que los accesos a su casa, que ni fueron forzados.

La Justicia ordenó que el cuerpo de Viroche sea sometido a una autopsia para establecer la causa de su muerte. Los voceros dijeron que, en base a dichos de allegados al sacerdote, éste se había mostrado preocupado en los últimos días, ya que había recibido amenazas a causa de sus constantes denuncias contra bandas dedicadas a la venta de drogas.

Viroche era muy querido por los vecinos, ya que desde hace algunos años se dedicaba a denunciar el accionar de esos grupos y solía pedir en sus misas que todos colaboraran para tener un pueblo sin drogas ni robos.

En la iglesia que tenía a su cargo, en La Florida, Tucumán, solía en sus misas pedirle a los niños y jóvenes que se apartaran de las drogas y de la prostitución y denunciaba a las bandas narcos que operan en la zona.

"Son niños de nuestro pueblo, de nuestra comunidad. Van a la escuela Juan Bautista Bascari, y es un orgullo para nosotros. Cuando se quiere, se puede. Porque se puede decir no a la droga, no a la prostitución, no a tantas cosas que nos duele. Tenemos esto, a nuestros niños que son sagrados", dice Viroche en un video que grabó recientemente junto a dos niños y que fue publicado hoy en el diario La Gaceta, de Tucumán.

Viroche además, solía emitir fuertes opiniones y denuncias durante sus misas contra los grupos narcos que que operan en la zona: "No sé qué hay en el corazón de una persona que está envenenando al hijo de su amigo o de su vecino. Sabemos las consecuencias que esto trae (...) es terrible dominar a una persona de ese modo y quitarle la libertad", comentó el sacerdote en una misma que brindó meses atrás en la localidad rural tucumana de Delfín Gallo.