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Antonia Amprino es una comunicadora social rosarina que explora en el mundo chamánico y las prácticas energéticas a través del coaching y la decodificación. Explorar quizás sea uno de sus verbos, porque de tanto hacerlo en su historia y en su sexualidad, alumbró un libro lleno de experiencias de mujeres lesbianas que relatan cómo salieron del closet en una sociedad que todavía no quiere escuchar demasiado sobre diversidades.

El libro, al que llamó ‘Mujeres al borde de una palabra’ fue publicado por UNR Editora en 2010, y aunque ella asegura que “era impensado y nunca fue ni soñado”, ahora trasciende fronteras y se lo lleva de gira en noviembre por los Estados Unidos con el aval de Cancillería, la editorial estadounidense Transgress Press, y con la generosa financiación de ciudadanos interesados, a través del sitio web del crowdfunding Kickstarter.

Amprino contó, reflexiva, a Rosarioplus.com cómo la sorprendió la vorágine de este viaje que en noviembre la llevará a presentar su libro en Nueva Orleans, San Francisco, Miami, Austin, Los Ángeles, Nueva York, Filadelfia, Atlanta y probablemente en la Embajada de Argentina en Washington. Aunque es motivo de orgullo y todavía de sorpresa, la comunicadora no dejó de señalar que justo presenta este libro “en un momento complicado tras el atentado homofóbico en la disco gay de Orlando, y encima a presentar en plena época de elecciones en el país del norte”.

El libro surgió como necesidad de contar la teoría que masticaba desde los comienzos de su carrera de Comunicación:  “Que las palabras son muy importantes, pueden salvar o hundir, dar amor u odio, y que maduró desde que salí del closet con lo lésbico como ese objeto de estudio”, recordó Amprino, santiagueña de nacimiento, rosarina por adopción desde hace más de veinte años.

Pero aseguró que nunca fue planteado de manera publicitaria ni para presentar en otros lares. Era un proyecto personal, “con el objetivo de que otras mujeres lo leyeran, ya que narra a través de las entrevistas a militantes políticas de Las Safinas, referentes de Buenos Aires, del grupo Potencia Tortillera y amigas personales”.

El nacimiento del libro: ¿cómo te diste cuenta?

Antonia contó cómo comenzó todo. Tiene 43 años, y a sus 28 fue cuando comenzó a dudar de su orientación sexual. Las dudas la llevaron a encontrar otras mujeres por chat, a quienes les consultó sobre cómo fue su recorrido, cuándo se dieron cuenta de su homosexualidad. 

Fue con una conocida de ese chat que surgió esa idea primigenia: escribir un libro de mujeres saliendo del closet. “La idea quedó latiendo, y claro, la relacioné con mi teoría sobre el poder de la palabra”, precisó.

Entonces comenzó la investigación de campo: cómo se nombraban frente al resto, cómo se dieron cuenta, si tenían dificultades para autodenominarse lesbianas. Las que supieron desde más temprano tuvieron menos problemas, porque “de grande tenés más prejuicios vos, sumado a lo que piensa tu familia”, comentó.

Amprino reconoce: “Si bien yo había salido del closet, no podía nombrarme, contarle al mundo; y escribir me hizo visibilizar mi propia situación, y entrevisté a algunas mujeres que participaron de un encuentro nacional de lesbianas y bisexuales”. Entre ellas, entrevistó a la primera mujer en decirlo en el prime time de la televisión argentina, Ilse Fuskova, quien en 1991 lo contó en la mesa de Mirtha Legrand, quien remató con un “¿En serio existen?”.

La propuesta es correr del eje clásico de la mirada sexual, porque “lo lésbico es también afectivo”, para atravesar el miedo a sentirse diferente, y que otros lectores y lectoras al conocer las historias se enteren de que a otras les pasó lo mismo, y encontrar en la homosexualidad el modo de ser felices”.

El libro, al que calificó de “chispeante por el modo en que se relatan las historias, con un toque de humor”, fue publicado en 2010 con la UNR Editora, pero Antonia aseguró que “no encontró el apoyo esperado en lo público”. Se presentó en la Feria del Libro de Buenos Aires, así como en librerías interesadas en la temática.

“A la presentación fue mucha gente, y después fue buena la recepción, porque me escribieron de varios lados, como unas portorriqueñas que querían que presente el libro allá”, contó contenta. Pero ¿cómo llegó a Estados Unidos?

En 2011 una joven estadounidense (hija de un pastor bautista de Luisiana, Nueva Orleans) llamada Katie Gray viajó a Mar del Plata, en un momento de su vida atravesado por algunos planteos y confusión sobre su sexualidad y la autopercepción de sí misma. Allí conoció a Andrea, amiga de la comunicadora rosarina, quien le comentó la existencia de este libro, y lo leyó.

Poco después Katie se comunicó con la autora de lo que acababa de leer, entusiasmada con el hallazgo, y hace un año y medio vino la gran propuesta: “Quiero traducir el libro al inglés”. Hablaron por Skype, y congeniaron en la idea: Katie buscaría editorial norteamericana, mientras ella buscaría el subsidio para producirlo. Encontraron ni más ni menos que el Programa Sur de la Cancillería Argentina, y con esfuerzo convencieron a una editora.

“En medio del camino le planteé a Katie a quién en Estados Unidos podría interesarle un libro sobre lesbianas sudamericanas, y para mi sorpresa me respondió que a muchas: hay mujeres doblemente discriminadas por ser lesbianas y de la comunidad latina en aquel país”.

El libro fue traducido, corregido, y ahora atraviesa la segunda corrección, en plena cocina para la impresión y posterior gira por las ciudades norteamericanas para el 9 de noviembre próximo. Su nombre en inglés es “Words of fire. Women loving women in Latin América”.

Para los rosarinos interesados en adquirirlo o conocer en persona a la autora, la Subsecretaría de Políticas de Diversidad Sexual organizó presentaciones del libro en su idioma original en todos los nodos de la provincia para octubre, previo al viaje.

La comunicación chamánica con un libro a futuro

¿En qué se relaciona este libro ‘Mujeres al borde de la palabra’ con el camino del chamanismo que Antonia también cursa?

Hace algunas semanas su maestra de la tradición de pueblos originarios leyó el libro, y le dijo que "ahora entendió que el lesbianismo es mucho más simple de lo que pensaba, que se trata del amor, del afecto por otro mas allá de su género o su órgano reproductor".

La comunidad andina ancestral tiene mucha reticencia al que piensa diferente, por eso Antonia temía que su condición de homosexual sea un problema para ser aceptada allí: "Por ejemplo tuve un seminario de lo masculino y lo femenino, representados ambos por un hombre y una mujer. Entonces le consulté a mi maestra si iba a ser un problema y no sólo me sorprendió con su respuesta al libro, sino que me dijo que no era problema para esta corriente".

Antonia, la comunicadora, la lesbiana, también cursa un camino espiritual chamánico, y no descarta en un futuro que surja un nuevo libro para empalabrar este otro camino.