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Una encuesta realizada por la Asociación Civil Miradas sobre el uso de cannabis medicinal dio a conocer que son muchos los usuarios que empezaron a consumirlo en el último año. La mayoría aseguró además que su calidad de vida mejoró gracias a esta alternativa, a pesar de que otro estudio de la Facultad de Bioquímica de la UNR detectó que los aceites contienen menos propiedades, y por ello se volvió a reclamar a la Anmat la aprobación para que el laboratorio provincial pueda producirlo fármaco.

La encuesta a los consumidores se basó en un total de 150 usuarios de los cuales dos tercios confirmó que continúa su consumo por mejorar su calidad de vida. El referente Fabián Peralta valoró que se obtuvo “una información muy valiosa para nosotros ya que es difícil acceder a datos concretos que permitan construir estadísticas y realizar diagnósticos sobre un tema que hace al derecho a la salud”.

Peralta apreció que los números de la encuesta de Miradas confirman algo que percibían desde su organización: “Son muchas las personas que han recurrido al cannabis medicinal en el último tiempo. Las encuestas muestran que dos de cada tres usuarios han empezado a consumir cannabis en el último año, y fue gracias a los evidentes resultados obtenidos y por una transmisión de experiencias positivas que llevan a la ciudadanía a experimentar con éste medicamento natural”.

El hecho de que el 75 por ciento de los usuarios exprese que su calidad de vida mejoró mucho desde que iniciaron el consumo “es una explicación clara del porqué está aumentando el uso del cannabis medicinal” continúo.

Del resultado obtenido, casi el 60 por ciento consume cannabis medicinal sin indicación seguimiento médico.

Jorgelina Borao, médica generalista y de familia, y especialista en tratamiento del dolor, es integrante del equipo de Miradas, y sostuvo que "el médico debe ser parte de un proyecto terapéutico compartido ente él y el paciente, acompañar, supervisar el uso del cannabis. Si bien es una droga realmente muy noble, se debe estar atento a algún efecto adverso y asesorar sobre interacciones con otros fármacos”.

Hasta la actualidad el uso de cannabis es complementario de los tratamientos específicos para cada patología pero, la especialista aseguró que “probablemente tenga mucho más para ofrecer a los usuarios en los años que siguen”.

Destacó que “el tratamiento no debería quedar solamente en manos del paciente o de un familiar, que además de acompañar en el padecer de su ser querido, decide cultivar y cuidar la medicina del enfermo, muchas veces sin controles de calidad adecuados”.

El problema con el cannabis medicinal es que al no estar regulado, se desconoce qué es lo que realmente consume, si se contaminó con algún pesticida o si contiene algún componente no apto para el consumo. “Los pacientes tienen derecho a saber lo que usan y los médicos necesitamos saber lo que contiene”, recordó Borao.

En este sentido la profesional de la salud reseñó: “Nos merecemos contar con una legislación clara y un producto estandarizado y regulado por el Estado, al alcance de la persona que lo necesite, sin distinción del poder adquisitivo; ya que actualmente, y según muestra nuestra encuesta, el 50 por ciento accede comprándolo”.

Según Fabián Peralta “el padecimiento del dolor es un hecho multidimensional con varias aristas: psicológicas, espirituales, físicas y culturales, entre otras. Por lo cual debe ser abordado de forma interdisciplinaria con un trabajo en conjunto y comprometido de los equipos de salud”.

La Ley provincial 13.602 en su artículo N°1 determina que “se podrán tratar síndromes, trastornos, enfermedades poco frecuentes, patologías como epilepsias, cáncer, dolores crónicos, fibromialgia, glaucoma, esclerosis múltiple, tratamiento del dolor, estrés postraumático, y toda otra condición de salud, existente o futura”. Peralta explicó que “ésta amplia gama de patologías es la que queda reflejada en las respuestas dada a nuestra pregunta acerca de para qué es usado el cannabis medicinal (Gráfico 5). Las respuestas dejan expuesta lo insuficiente que resulta la actual Ley Nacional  27.350 que sólo contempla una de estas patologías, y la necesidad de volver a discutir el tema en el parlamento nacional”.

Por eso aseguró que es necesaria una ley nacional “que atienda en toda su dimensión la temática, necesitamos una ley que no sea maquillaje, menos titulares y más políticas que defiendan a los y los usuarios”.