La suma de denuncias y reclamos sobre el estado de algunos efectores de salud pública perforó la agenda legislativa y desembocó esta semana en un pedido de informes al Ejecutivo provincial, impulsado por la diputada Mónica Peralta. 

Un centro de salud provincial en Granadero Baigorria cerró sus puertas a comienzos de este mes por peligro de derrumbe, otros cuatro en Rosario no atienden por falta de personal o de elementos indispensables como refrigeradores de vacunas. Es por esto que un pedido de informes fue elevado al Gobierno de Perotti por parte de la diputada provincial Mónica Peralta, la cual además reclamó partidas presupuestarias ya que en el último tiempo aumentó la cantidad de ciudadanos y ciudadanas en el sistema de salud público provincial.

Según indicó la diputada de GEN en el Frente Progresista, en el centro de salud 7 de Septiembre, ubicado en Martínez de Estrada al 8000, se inutilizaron vacunas por inconvenientes en la cadena de frío de la heladera conservadora. “Con lo que cuesta cada vacuna, es inadmisible que se haya perdido una cantidad importante que se perdieron porque una heladera que conserva los medicamentos está rota hace 20 días, y la heladera no se repuso. Por ende, el centro de salud no está disponible para vacunar a sus pacientes y más tomando en cuenta que estamos por iniciar las clases y hay que tener el calendario de vacunación completo”, relató. 

Relevan graves síntomas de abandono en centros de salud provincial

“En el período de pandemia Covid19, el Estado provincial acompañó la situación que padeció el sistema sanitario pero hoy se rompe una heladera, se genera una pérdida millonaria en vacunas que se tuvieron que descartar, no se reponen y las niñas y niños no pueden continuar con su plan de vacunación” afirmó.

En su recorrida, la legisladora detectó problemas edilicios y de falta de funcionamiento de servicios básicos, y aseguró que “la falta de respuestas a los reclamos de vecinos y vecinas del Estado Provincial, hace que parte de la atención recaiga en otros centros asistenciales municipales, provocando el colapso de estos últimos”.

Entre los asuntos detectados, encontró que “el centro de salud de atención primaria N° 2 de Derqui y Donado, del barrio Supercemento, cerró por falta de personal; el centro de salud N° 30 de Granadero Baigorria, cerró por peligro de derrumbe y tiene reformas en ejecución desde 2019; el centro de salud San Francisquito, cerró con problemas de electricidad; y en el centro de salud del barrio 7 de Septiembre no funciona la heladera utilizada para conservar las vacunas”.

Esta problemática se acentúa cuando un paciente necesita retirar medicación por prescripción médica, sobre todo en casos de patologías de salud mental. Y en el último tiempo con recurrentes hechos de inseguridad cuando hay un paro de colectivo, los centros no abren porque no se les garantiza a sus empleados transporte hasta su trabajo, consignó Peralta.

Mónica Peralta con vecinas usuarias del sistema público de salud.
Mónica Peralta con vecinas usuarias del sistema público de salud.

Del diálogo con vecinos surgió que “los días de paro de colectivos los centros de salud no abren y los horarios en los días normales son intermitentes”. Otro tema relevante que mencionaron los usuarios de esos efectores públicos apunta a que “los efectores provinciales (hospitales) les dan turnos a la madrugada para realizarse estudios importantes como por ejemplo, tomografías o ecografías, por lo cual las personas se ven más expuestas a la inseguridad en ese margen horario; además de tener que tomarse hasta 4 colectivos para llegar a destino”.

Finalmente recordó Peralta que “son innumerables los reclamos del personal de salud por el alto porcentaje de precarización laboral que existe en el área y por la falta de insumos básicos y de enfermería”.

Relevan graves síntomas de abandono en centros de salud provincial