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España se mantiene en fase de estabilización de la epidemia de coronavirus, aunque con altibajos de muertes y contagios, mientras el Gobierno estudia cuándo y cómo sería la transición o "desescalada", siempre con cautela, del confinamiento drástico de la población, ìmpuesto a mediados de marzo.

Las muertes diarias bajaron a 523 este miércoles, frente a las 567 del martes, pero los nuevos casos rompieron la racha bajista y aumentaron en torno a 5.000, algo que no ocurría desde hacía una semana, según los datos del Ministerio de Sanidad.

Una parte de la subida se debe al mayor número de infectados asintomáticos detectados, y el incremento continuará debido a que cada vez se hacen más pruebas de detección del virus.

El número total de fallecidos llegó a 18.579 y el ritmo diario de muertes descendió al 2,89 %, el más bajo hasta hoy.

Los contagios crecieron al 2,95 %, frente al mínimo del 1,79 % del martes, hasta alcanzar 177.633 casos confirmados (27.538 son profesionales sanitarios). Por el contario, 70.853 personas se curaron, casi el 40 % del total.

Más diagnósticos

Los técnicos del Ministerio de Sanidad ya advirtieron de que la bajada de los últimos días debía tomarse con cautela, debido al reajuste de datos que se esperaba tras los cuatro días festivos consecutivos de Semana Santa.

El portavoz de Sanidad para la epidemia, el doctor Fernando Simón, explicó que las regiones españolas aumentan progresivamente su capacidad diagnóstica con más test, lo que va a hacer "difícilmente interpretable" la evolución de la epidemia en España durante los próximos "dos o tres días".

En cuanto a nuevos hospitalizados, hubo 940 ingresos la última jornada en toda España, y su crecimiento se situó en el 1,6 % (la primera vez que baja del 2 % ). En cambio, los pacientes de cuidados intensivos subieron un 1,3 %.

"Nuestra epidemia continúa hacia abajo, pero no implica que el riesgo haya acabado", alertó el epidemiólogo Simón.

Cuándo y cómo volver a la normalidad

Planteó Simón, sin embargo, que la reducción de la transmisibilidad del virus permitirá relajar algunas de las medidas estrictas de limitación de movilidad de la población impuestas hace un mes por el Gobierno, a las que atribuyó el descenso de la curva de contagios.

El debate gira sobre cuestiones como permitir a los niños salir a la calle, el uso recomendado u obligatorio de mascarillas en lugares públicos, un desconfinamiento por regiones o general, por edades o grupos de riesgo y reapertura progresiva de actividades y establecimientos ahora cerrados.

El Ejecutivo, que dirige el socialista Pedro Sánchez, estudia varias posibilidades y medidas, que se aplicarían paulatinamente, y que se están analizando con las autoridades regionales.

En la enseñanza, la reanudación de las clases presenciales (suspendidas desde el 16 de marzo) dependerá de criterios sanitarios, dijo la ministra de Educación, Isabel Celaá.

En cualquier caso, el confinamiento durará al menos hasta el 26 de abril, insiste el Gobierno, cuando termina el estado de alarma, y podría prorrogarse durante parte del mes de mayo.