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Hace unos días se conoció que en Los Pumitas, uno de los barrios más humildes de la ciudad, hay una invasión del mosquito Aedes Aegipty que generó decenas de contagios con dengue, y ahora se suma un nuevo flagelo para los vecinos de sus pasillos porque desde el movimiento La Poderosa de Rosario dieron a saber que el coronavirus también llegó.

Confirmaron que “Lo contrajo una vecina que está internada en el Hospital Carrasco”, y destacaron justamente una condición que llevó a su contagio: la falta de agua en los hogares.

“La vecina contó sobre la dificultad para lavarse las manos constantemente en su hogar y lamentó la situación que debe atravesar su familia”, precisaron, y reprodujeron las palabras de la propia mujer: “En mi casa somos nueve, y muchas veces falta el agua, o sale sin presión. Yo era la única que tenía trabajo durante la cuarentena porque está todo parado, pero ahora nos salvan los comedores. Si no existieran, muchísima gente se moriría de hambre”.

La vecina es empleada de tres comercios de primera necesidad de la zona, dos de ellos quedan a dos cuadras de La Casita Poderosa, donde funciona el comedor y el merendero al que hizo alusión.

Reclamo de elementos de sanidad

Desde La Poderosa precisaron que Nicolás Gianelloni, Secretario de Desarrollo Humano y Hábitat de la Municipalidad, les compartió una revelación que tuvo: “Para que el aislamiento social se cumpla, la comida tiene que llegar. Qué acertado su comentario, lástima que depende de él. Es muy fácil que nos incite a sostener el comedor, pero no sabe lo difícil que es hacerlo sin los recursos que deberían bajarnos desde su cartera. Durante la cuarentena se triplicó la demanda: pasamos de servir 150 platos a 450, pero no llegó el dinero de marzo y abril. Recibimos $8400 por mes, aunque el último cheque lo cobramos en febrero”.

Recordaron que el secretario los instó a extremar las medidas de prevención, a pesar de que el 27 de marzo les acercaron “dos litros de alcohol y dos de jabón líquido, uno de lavandina y 10 pares de guantes. Al día siguiente nos entregaron un remanente de lo que quedó en el distrito: un bidón de 5 litros de lavandina, una botella de 500ml de alcohol y 10 barbijos”.

Desde La Garganta Poderosa, medio comunicacional donde difundieron el reclamo, recordaron y agradecieron donaciones que recibieron por parte de vecinos, aunque aseguraron: “Tenemos miedo. Trabajamos con tapabocas y guantes, la exposición al contagio es grande: el agua cae a cuentagotas, hay familias compartiendo un baño entre 12 personas y el Estado no se hace cargo de los insumos de higiene que terminamos comprando con la plata que pensábamos destinar a comida”.