Casi una tonelada de residuos se recogió en el último operativo de limpieza sobre la costa del río Paraná en Rosario. Basura que quedó a la vista por la bajante. Abundan botellas plásticas, neumáticos y envases que habitualmente el agua marrón del cauce suele tapar al quedar alojados en el lecho del río.

En este marco, investigadores de la Plataforma Ambiental de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) indicaron que en las riberas de Rosario existen altos niveles de microplásticos, unos 1.150 por cada kilo de arena, valores altísimos en comparación con los hallados en ciudades superpobladas como Shanghai en China.

El estudio de los plásticos en la profundidad de los ríos es un fenómeno de estudio reciente que busca develar las consecuencias de estos materiales en la vida ictícola de estos cursos de agua, como también de otras especies de la vida silvestre que habitan las zonas de humedales y bañados.

La producción de plástico continúa creciendo de manera desmedida. Desde el año 2000 hasta la actualidad se ha producido tanto polímero como todos los años anteriores juntos, y se estima que un tercio de esta cantidad se encuentra contaminando ambientes naturales. Debido a su lenta degradación y su uso tan extendido, nos encontramos frente a un problema bastante más grande de lo que solemos imaginar.

Clara Mitchell, ingeniera Industrial e integrante de la plataforma de estudios ambientales de la UNR explicó en una entrevista en Hoja de Ruta por Sí 98.9 cómo hicieron el muestreo, eligiendo tres espacios del lado de la isla y otros tres desde las costas rosarinas.  Ese estudio arrojó que por cada metro cuadrado de arena en el río Paraná hay más de 0.6 macroplásticos, cifra extremadamente alta. En cuanto a los microplásticos, por cada metro cuadrado de arena, en excavaciones superficiales, se cotejaron más de 18mil. “La mayoría de ellos era más tipo fibras, en su mayoría de material polietileno -bolsas o fibras de ropa-”, acotó.  

Para la ingeniera la mano del hombre es fundamental y eso que sostuvo que hoy el 95% de los contaminantes dentro del río son residuos plásticos, empaques destinado a un único uso para su descarte lo que genera granes volúmenes de basura, muy difíciles de ser tratados y con poca posibilidad de llegar a reciclarse, ya sea por costos o cuestiones técnicas. “En el mundo sólo se recicla el 9% de todo el plástico, que si bien es posible y hay que incentivarlo, no es la solución, hay que disminuir el plástico de un solo uso”, insistió Mitchell.

Otro tema que abordó en la entrevista es sobre los estudios en materia de agua en el río Paraná, admitiendo que no hay muchos ya que es difícil detectar contaminantes a simple vista por el color amarronado de sus aguas. “Hay una cuestión, que muchos de los plásticos no flotan lo que señala seguramente que abajo en el canal haya muchos residuos, de hecho tenemos datos de quienes trabajan con las dragas nos dicen que salen tandas de arena y tandas de plástico”, lamento la ambientalista y apuntó que “no hay estudio sobre macroplásticos en el lecho del río Paraná”.

Comparativamente, precisó Mitchell, en el río Paraná en material de contaminación plástica no difiere de otros cursos de agua del mundo ya que esta es una problemática global, pero es un poco peor que otras ciudades del mundo, entendiendo que “no hay tratamiento de afluentes y existen basurales en zonas de costas o inundables”. Si bien no hay referencia científica con estudios, insinuó que es “probable que existan macroplásticos en el agua corriente de red que se consume en los domicilios”.

Sobre los efectos que puede tener sobre la salud humana subrayó que todavía la ciencia no tiene muy claro cuáles son las consecuencias, pero que varios recientes estudios arrojan la presencia de plástico hasta en el sistema respiratorio de las personas, entendiendo que este material convive en el aire que se respira, como también en las heces, donde se hallaron plásticos de muchas variedades.  

“El plástico es un producto petroquímico que tiene aditivos y sustancias que en contacto con los fluidos gástricos no se sabe qué puede llegar a pasar y mientras estén en los mares y ríos funcionan como una manera de absorción de sustancias tóxicas que puedan estar allí, como vehículo de esa contaminación plástica hacia los humanos”, expuso la especialista.   

"Tomando en cuenta la lenta degradación del plástico, pudiendo ser hasta 1000 años, la situación sólo sigue empeorando y es de suma urgencia que detengamos la entrada de contaminación plástica a nuestro río. Para ello debemos reducir nuestro consumo de plásticos descartables, mejorar nuestros sistemas de gestión de residuos y eliminar los basurales a cielo abierto, especialmente en zonas inundables, pero también las empresas deben modificar sus empaques y hacerse responsables de los residuos que generan", sostuvo finalmente.

Aquí el audio de la nota completa. 

#hojaderuta - 18/10/21 - Ing. Clara Mitchell by Sí 989