La situación en el río Paraná, que registró una bajante histórica durante meses, mejoró en las últimas semanas y alcanzó niveles que superaron a las estimaciones de los especialistas. Sin embargo, el panorama podría complicarse otra vez a partir de enero, cuando la demanda de agua crece por las altas temperaturas.

"La mejora se debe a lluvias en la región que tiene respuestas más rápidas, gracias a eso estamos teniendo un caudal entrante mayor al que se esperaba", indicó Juan Borus, subgerente de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del Instituto Nacional del Agua (INA), en diálogo con Ariel Bulsicco en Sí 98.9.

El ingeniero explicó que la suba en el nivel del río en las semanas previas a la lluvia se debió "al uso de reservas de de la presa de embalse de Brasil".

"Hay una perspectiva de lluvias para el corto plazo, pero está mermando la actividad. Por lo tanto, no hay que decir que se acabó la sequía", advirtió el especialista y agregó: "La preocupación está puesta en el mes de enero, porque con el calor aumenta la demanda de agua".

Respecto a la situación actual del río Paraná, Borus volvió a remarcar: "Hay niveles en Rosario bastante mejor de lo que se esperaba tener. Ya no vamos a caer tan abajo".