Vecinos de barrio Martin denuncian que envenenaron y agujerearon un añejo fresno ubicado en Alem al 1400, frente al Hospital Provincial. Según los denunciantes, la responsabilidad es de una constructora que lleva adelante la obra sobre el terreno donde en la vereda se encuentra este ejemplar. El nombre de la empresa en cuestión es 3f Desarrollos SRL y Hammer Construcciones SRL. Organizaciones ambientalistas aseguran que esta es una práctica común de parte de las empresas de este rubro.

Desde la ONG Protegiendo Nuestros Árboles emitieron un comunicado para visibilizar la situación. Silvina Molina, miembro de esta organización ambiental, dijo a Rosarioplus.com que se trata de un acto vandálico, ya que pudieron ver que el árbol tenía tres perforaciones en varias partes de su tronco. Este acto, contó la referente, fue reconocido por parte de quienes estaban allí en la obra. Además, asegura que previamente le habían arrojado un producto químico con el fin se secarlo y de esa forma poder extraerlo más fácilmente.

Los hombres justificaron a los vecinos presentes que el ejemplar debía extraerse porque en ese espacio estaría la bajada de la cochera del nuevo edificio. Molina que participó de esa reunión señaló a los trabajadores que para hacer esa acción era necesario un permiso por parte del Municipio, que al parecer “no lo tenían”.

“Este es solo un caso testigo de todos los que hay en la ciudad. En Avellaneda al 700, por ejemplo, a mitad de cuadra había un árbol en perfecto estado y lo sacaron por una construcción. En Pellegrini al 400 sacaron un árbol que también estaba bueno por un edificio de cuatro pisos. Es muy violento cómo las constructoras se manejan con el arbolado, desde sus bandejas donde les cortan las ramas o directamente en la noche los inyectan y luego los cortan de a poco”, denunció la ambientalista.  

En ese sentido, Molina dijo que ya es cotidiana extracción y envenenamiento de árboles sin contar con permiso alguno, a la vista de todos y con una multa que es un vuelto en la práctica. También hizo hincapié en el tipo de venenos que se tiende a usar para tal fin. “¿Sabrá la ciudadanía que en muchos casos se usan químicos prohibidos dado el impacto que podrían tener en la salud de los vecinos? Niños, mascotas, personas que abren ventanas a metros de árboles fumigados sin tener noción del peligro que tienen enfrente. ¿Quién regula en esta ciudad el uso de sustancias peligrosas?”, se preguntó.

“Los árboles dan sombra y oxígeno, y son parte de un ciclo de lluvias y regulación térmica que nadie a esta altura duda está siendo severamente alterado. Podemos seguir prendiendo el aire acondicionado y talando árboles por el motivo que le quepa a cada uno, pero el costo será cada día más alto, y cuando los ciclos se rompen, restaurarlos, tal cual decía la propaganda, es una de esas cosas que el dinero no puede comprar”, explicó.

Desde la ONG Protegiendo Nuestros Árboles le solicitan a la Municipalidad de Rosario le sanciones ejemplificadoras, teniendo en cuenta que es una problemática que lleva años sin resolverse. “Hay escuelas que hoy no dan clases porque los niños se descomponen en ellas, así que el arbolado urbano, sépanlo, dejó de ser un tema menor. Tenemos que preparar la ciudad para mitigar los efectos de un cambio climático que está en marcha y nos está llevando puestos. A la ciudadanía le pedimos colaboración a la hora de preservar el arbolado urbano. Necesitamos más árboles, no menos”, señaló.

Volviendo a las constructoras, y su responsabilidad de reforestar, aclaró que las multas que perciben si quitan un árbol sin la anuencia del municipio se basan en el nuevo Código de Convivencia en el Articulo 178, sin embargo adujo Molina, “suelen ser irrisorias” en comparación con la abultadas sumas que ganas estas empresas del negocio inmobiliario. En ese sentido informó que la exigencia por cada árbol extraído se mide con una tabla que distingue porcentajes en base a al perímetro del árbol, el mínimo pueden ser 20 unidades fijas y el máximo 2400 árboles. Además, dice la norma, que del árbol extraído debe dejarse la cazuela, no debe ser tapado.  

El comunicado de la ONG