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Es un sábado pegajoso. La noche pasó y el termómetro nunca bajó de 22°C. El cielo, tapado de nubes, y la presión atmosférica alta, preanuncian una tormenta de un momento a otro, que puede repetirse por la tarde.

El calor medirá 31°C, y quién sabe cuánto de sensación térmica. Refrescarse en el río o en la pileta puede sonar tentador, pero no hay que olvidar de que, por las dudas, el paraguas y el plan B deben estar a mano