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Como cualquiera hubiese hecho, Lionel Messi solo invitó a sus amigos y a sus compañeros de trabajo. Pero el último grupo solo está formado por jugadores. Hace rato que no tiene buena relación con los dirigentes, por lo cual no habrá ninguno. Pero resalta aun más la ausencia de los entrenadores que lo dirigieron a lo largo de su carrera.  

Hasta hace poco corrieron rumores sobre la posible presencia de Diego Maradona en Rosario. Las fuerzas de seguridad de la provincia niegan haber recibido tal alerta. Luego del Mundial de Sudáfrica, la relación entre ambos quedó en pausa. Toda posibilidad de amistad terminó de volar por los aires cuando hace un año se filtró una charla que Maradona tuvo con Pelé y en la que Diego explicaba al brasileño que "Messi no tiene personalidad".

Si bien Gerardo Martino guardó una buena relación con el novio, a quién dirigió en el Barcelona y la selección, el Tata no estará presente. Al día de hoy se encuentra en plena competencia en los Estados Unidos. Este miércoles el Atlanta United enfrenta al Miami FC por la US Cup y el sábado, cuando enfrente al Columbus Crew, se juega la posibilidad de pasar a los Playoffs de la MLS. Todo esto no quita que haya recibido una invitación.

Pep Guardiola fue quién más jugo le sacó a diez del Barcelona. Juntos patearon el tablero del fútbol mundial hace una década. Pero todo terminó mal. Con la llegada de Ibrahimovic, Lio explotó de los celos cuando el sueco consiguió una buena racha y terminó yendo al banco un par de partidos. Guardiola estaba lejos de relegarlo, solo pretendía hacerlo descansar. “Así que no me tenés más en cuenta”, le escribió Messi por mensaje de texto al DT catalán. La relación se rompió y eso hizo que Guardiola, tras un par de años de utilizar embajadores para comunicarse con él, se fuese del club. “A Lio solo debes tenerlo contento, con eso alcanza. Pero no es fácil”, explicó más tarde Pep, que no va a bailar el vals este viernes.

Luis Enrique tampoco estará presente. La relación no es mala, ni buena tampoco. Quizás la razón es esa misma: la relación no existe y Lio no se siente en la obligación de invitarlo. Además, si lo invitase dejaría más en evidencia su recelo con Guardiola u otros entrenadores que lo dirigieron.

Entre los otros aparecen Frank Rijkaard, Alfio Basile, Alejandro Sabella, Sergio Batista y Hugo Tocalli. El holandés tuvo una carrera descendente desde su salida del Barça y parece haberse alejado del mundo Messi. Comparte con Hugo Tocalli la determinación de haber hecho debutar a Messi (uno en Cataluña, el otro en la selección). 

Con Alejandro Sabella, que no ha vuelto a trabajar desde que salió de la selección, tuvo una relación netamente profesional. Era positiva, Lio estaba cómodo con él. Quedó afuera del casamiento por la misma razón por al cual siempre se llevó bien con Lio: nunca atravesó la pared que separa la vida profesional de la vida personal. Batista lo dirigió en dos ocasiones de manera escueta: Sub 23 de oro en Beijing y Copa América 2011. Una de cal y una de arena. En esta última, Messi pasó su peor momento con la celeste y blanca. Nunca hubo un gran ida y vuelta con el campeón en México 1986. Con el Coco no hubo diferencias, fueron dos buenos años en los que Messi se asentó en la selección. Quizá la mayor diferencia fue la etárea, tal vez por eso nunca hicieron migas.

Por último, quedan Bauza y Sampaoli, que por cuestiones de tiempo se supone que Messi no ha llegado a interactuar lo suficiente como para darles un lugar en una fiesta que al fin y al cabo es íntima, privada. De él y de ella. Algo que está al margen de lo deportivo.